Aprietan, pican y producen urticaria, no obstante, más de uno se vuelve entusiasta de la prenda e incluso fanáticos, tanto que soliviantan a sus pueblos a usarlas y apretarlas cada vez más contra su cuello.
A cuadros, de punto, lana, estampado de leopardo, flores o colores lisos, todo vale en el amor, la guerra, la moda y las corrientes neoliberalistas. Este verano, las Merkelianas acaban de dejar a un lado la desgastada costumbre de apretarse el cinturón por otra que ha alcanzado su cúspide y parece que se va a mantener en pleno apogeo durante mucho tiempo: "Estruja la bufanda hasta sacar la lengua"
