Queridos lorceros:
Después de tanto tiempo sin poder escribir, por miles de causas y ninguna la justifica, al fin mis dedos vuelven a acariciar las teclas. En este tiempo sin hablaros he cogido peso, he pillado un par de resfriados, he hecho y aprobado con una muy buena nota un examen de la locura de mi segunda carrera y TENGO MI GATO!!
Mi hermana me regaló a Linda por reyes. Es una gatita preciosa con un temperamento algo exorcidable y endemoniado y un orgullo de tres pares. Pero la adoro, desde aquí muchas gracias rubita por regalármela. Aunque sé que tú la odias, sobre todo después de que se comiera los chorizos de las migas que llevabas toda la mañana preparando.
El caso, que no he vuelto para contaros cómo se comporta mi gata o las veces que se cuela en la ducha mientras me baño porque tengo la única gata que no odia el agua. No, estoy aquí para protestar de manera firme y directa hacia las marcas de ropa.
Sí, y mi propuesta debe ser oída por los diseñadores de las ropas de calle. La ropa no sólo está diseñada para cuerpos espectaculares, de culos prietos y barrigas planas acompañados de tetas firmes sin necesidad de sujetador, cuyos pezones no rayan cristales cuando hace frío. También debemos soportar que se realicen en tejidos que se convierten en los mayores delatores de nuestros cuerpos hermosos y naturales.
Un ejemplo de todo esto es…LAS CAMISAS MUESTRA LORZAS.
Queridos lorceros, hay algo terrible en el mundo que solo ocurre cuando te ves tremenda, buenorra después de vestirte con tu ropa más espectacular: “las camisas muestras lorzas”.
Esas asesinas de la belleza, jodidas traidoras que, en vez de mostrarte maravillosa van… ¡y se arrugan!. Pero no es una arrugita en los codos causada por el giro de los brazos, ¡no! son grandes grietas al abismo, horizontales y paralelas como un código de barras de la grasa abdominal.
Adiós al sex-symbol de carnes redondeadas y belleza sin fin que te devuelve el espejo, esa jodida camisa, que te encanta en el armario, es tu peor enemigo cuando llevas 10 minutos con ella puesta.Pero la culpa no es de tus lorzas, tampoco de tu camisa, porque hay que ver que monísisima te queda recién planchada. Obviamente jamás será de los donuts. Por lo tanto, sólo nos queda una respuesta: ¡Es de las grandes marcas!.
Usad algo para que no se arruguen hombre, que una pierde “tó” lo sexy en media hora de trabajo en la oficina mientras las lorzas planchan la camisa en forma del foso de Las Marianas. Que poco glamour te queda cuando, tras miles de suspiros exasperados y agónicos, descubres que si fueras desnuda por la calle, con el viento rozando tu piel y dejando al descubierto tus vergüenzas, tus lorzas serían más discretas que con esa camisa arrugada.
Así que lorceros, sólo quedan 2 cosas, la aceptación….Y EL MAXIBOLSO, que escondiendo manchas y arrugas indiscretas viene de vicio.
Y hoy no me puedo despedir sin dedicarle esto a mi padre por ser hoy el día de todos los padres y el, no porque sea el mío, ni tampoco porque yo lo quiera a él más que a todos los demás padres del mundo, pero es el mejor. A Jose (felicidades en el día de tu santo!!) por aguantarme cuando nadie lo hace y porque quererme cuando nadie me entiende. A mi hermana por regalarme a Linda y ser como es, tan mi hermana (te quiero rubita). Y a mi madre, que después de la entrada de “LA CRISIS DEL RECIÉN FUGADO”, se alió con mi hermana para decirme día tras día, que no había escrito los días que ella se sube a Madrid para que nos vayamos de tiendas y en los que viene acompañada de grandísimos cargamentos de tuppers, sin los cuales ya hubiera muerto de inanición o por cremación por mi especialidad en la cocina usualmente llamado “el todo torrado” y genera un fafarrancho de cepillos, fregonas y limpiacristales que mi pisito agradece.Y a todos vosotros, queridos lorceros, que tanto habéis insistido en que vuelva a escribir, sois los mejores, os quierooooo.
P.D.: A partir de ahora, vuelvo a subir todos los viernes , si veis que algún viernes me lo salto, podéis venir cargados de antorchas para llevarme ante la santa inquisición bloguera.