
73-Me acuerdo de las cloacas. Así, cloacas, en plural, llamábamos mis amigos y yo, siendo apenas unos mocosos, al tramo de la red de alcantarillado que de vez en cuando frecuéntabamos, con una linterna o un puñado de cerillas por todo viático. Desde el parque de la Fuente del Berro hasta el puente de Ventas. Poco más de un kilómetro a oscuras. Ida y vuelta para la pandilla de ratas. Apenas una pequeña parte de un mundo subterráneo y fascinante, de una red oculta bajo la ciudad inmensa e igualmente desconocida. Pequeños niños-rata caminando junto a un río de oscuras aguas residuales, bajo un techo semicircular y una atmósfera húmeda. Las cloacas. Las tripas de la ciudad.