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Las cosas claras y el chocolate de Paquito (La canción del verano IV)

Publicado el 19 septiembre 2009 por Adanero
Volvemos para rematar este ambicioso, único e inigualable proyecto de la elección de la canción veraniega de la música clásica. Proyecto, no me cansaré de decirlo, que se habría quedado en nada de no ser por su participación. Queridos lectores, he de reconocer que se han portado ustedes y que esto es una muestra clara de que es mejor la calidad que la cantidad. Porque calidad tienen ustedes un rato. Y aguante, todo hay que decirlo. La cantidad ya la pongo yo.
Después de estas lineas para hacerles un poco la rosca, paso a relatarles como ha ido la puntuación del tema anterior. Nada más ni nada menos que un 9,27 es lo que ustedes han considerado que se merecía el amigo Mauricio con su dulce flauta anónima. Me sorprende esta puntuación. Esas 73 décimas que le han faltado al tema para alcanzar el 10 se han debido de extraviar por alguna parte. He estado tentado de hacerme trampas a mí mismo para que esta pieza alcanzase la máxima puntuación, pero mis queridos y sabios lectores no se merecen una actitud tan poco honrosa como esa.
Pensándolo bien, el diez de la perfección no es algo que esté al alcance de cualquiera. Sólo algunos privilegiados podemos saborearlo y deleitarnos con él. Así que consideraremos ese 9,27 como algo excepcional que roza casi el cielo de lo perfecto.
Sin más dilación (y delación) pasamos a la pieza de hoy que será la última de este breve pero intenso concurso blogosférico.
La candidata es todo un "clásico" de los veranos mediterráneos y verbeneros de la piel de toro. El autor, Gustavo Pascual Falcó. Alicantino de Cocentaina injustamente desconocido. Autor de innumerables pasodobles como Bequeteros a ratllar, Tots menos uno, o Himne dels Kabileños (¡quién me lo iba a decir a mí!). Pero si hay una obra que ha hecho inmortal al contestano, es la que hoy les traigo a concurso. Paquito el Chocolatero.
Las cosas claras y el chocolate de Paquito (La canción del verano IV)Sí queridos míos. Un pasodoble. Ahí es na'. VRA abandona las supuestas cotas elevadas de la música clásica para caer rendido en los brazos del pasodoble. Habrá entre ustedes quien diga que esta pieza de hoy es más bien música popular y no música culta-clásica. Y lo mismo sí. Pero, ¿quién dijo que lo culto no puede ser popular? ¿Acaso un pasodoble bien hecho y mejor interpretado es menos que un vals pesimamente escrito y peor ejecutado? No hace falta que me respondan. Que lo mismo no me dan la razón y me llevo un berrinche.
El Gallo, mi asesor en momentos de apuro, me dice que sí. Que adelante con los faroles. Y con el chocolate. Que lo de Paquito a él le suena realmente bien. Una vez más le haré caso.
Además el objetivo de este concurso ha sido ofrecer a los lectores música más digerible y ligera de lo que habitualmente suena por aquí. Y esta pieza cumple esas características perfectamente.
Paquito suena a fiesta que anuncia el final del verano (llegó y tú partirás...) A sol que se resiste a perder su poder. A ambiente festivo y festero entre amigos. Y eso ha pretendido ser esta bitácora durante estas semanas. Una fiesta entre amigos para disfrutar de la música.
La ejecución corre a cargo de la Banda Municipal de Valencia. Y suena realmente bien. Alguna orquesta "seria", o con pretensiones de serlo, ya quisiera lograr el nivel y calidad musical que tiene esta banda en la interpretación que hoy les presento.
Desde aquí rompo una lanza a favor de todas esas orquestas y bandas consideradas menores pero que hacen una labor importantísma. Acercan la música a muchísima gente, que de no ser por ellas, no contarían con otro recurso para disfrutar del arte de las musas. Si a esto le sumamos que muchas de esas bandas gozan de una calidad excelente, no se puede pedir más.
Así que que queridos míos, cambien de orejas y de registro. Agárrense a quien tengan al lado y acompañen a Paquito con el "¡Eh! ¡Eh! ¡Eh!" de rigor. Déjense llevar por el ambiente festivo. Sientan en la atmósfera la mezcla de olores a pólvora y churros de caseta de feria. Compartan con sus amigos esa cerveza, vino o calimocho (por qué no) que se están tomando mientras apuran los últimos rayos del sol nacido en el Mediterráneo.
En definitiva, déjense llevar por la fiesta y por la música. Disfruten. Ya vendrán tiempos peores. Y voten. O no. Hagan lo que quieran. Pero prohibido terminantemente estar tristes.
Gustavo Pascual Falcó, Paquito el Chocolatero
Banda Municipal de Valencia
En la foto, Paquito (armado de Valor) metido en faena.

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