Las crónicas de Fortuna:
El secreto del trapecistade Javier Ruescas
Ilustraciones de Lola Rodríguez
Para Kyle, ser un circense es un problema. Para Lavelle, una maldición. Para Gunnir, un sueño. Estos tres amigos siempre han soñado con una vida más allá del siniestro orfanato en el que han crecido. Hasta que un día, Kyle descubre que, en realidad, es un circense y esa misma noche unos hombres lo raptan y lo meten en un carro. Lavelle, una joven payasa que odia hacer reír, y Gunnir, un chico corriente que sueña con ser mago, no dudarán en ir tras él sin saber que están a punto de embarcarse en la aventura más grande de sus vidas y del reino de Fortuna, donde hablar con animales, controlar el fuego, bailar sobre la tela de una araña, conocer el futuro o volar sobre los tejados, es posible.
Tenía mucha curiosidad por este libro desde que Javier me habló de él hace ya unos cuantos años, cuando la idea todavía estaba tomando forma en su cabeza. Es un autor que en general me suele gustar en juvenil, y tenía muchas ganas de probar algo más infantil suyo, sobre todo con un mundo tan prometedor como parecía ser Fortuna. Y tal como esperaba, el libro me ha conquistado.
Tengo que comenzar con una de las cosas que más me han gustado, y es que creo que uno de los puntos fuertes del libro es que el autor logre dar una vuelta de tuerca a la ambientación circense de la novela. Sí, puede que no sea una ambientación demasiado explotada en la literatura, pero lo que también es cierto es que por norma general las historias circenses están basadas en la realidad. Aquí no pasa eso: los circenses de Fortuna no son simplemente personas que adquieren una habilidad a base de entrenamiento, sino que nacen con ella como un don mágico. Interesante, ¿verdad?
Así pues, los payasos suelen nacer con pelo de colores, narices rojas o estrellas en los ojos y la habilidad de hacer reír, los magos tienen misteriosos poderes, los trapecistas una agilidad sobrenatural... El elemento fantástico de la novela encaja a la perfección con la historia, y resulta bastante novedoso dentro de esta clase de ambientación. No, no es que sea tampoco la cúspide de la originalidad, pero desde luego es un soplo de aire fresco.
Los personajes en general me han gustado bastante. Están bien definidos y bien desarrollados, aunque sí que he echado un poco de menos algo más de profundidad en ellos. A veces me parecían demasiado obvios sus secretos, pero por lo general están bien construido y me han dejado con ganas de ver cómo evolucionan en los dos libros restantes.
En cuanto al estilo, en El secreto del trapecista queda claro que Javier Ruescas tiene unas cuantas novelas a sus espaldas. No, no tiene una prosa exquisita (ni sus novelas requieren que sea así, claro), pero domina a la perfección el arte de contar historias y lograr enganchar al lector en todo momento, aunque sí que es cierto que algún que otro detalle podría pulirse un poco.
Por supuesto, tengo que hablar también de las ilustraciones. Estoy bastante familiarizado con el trabajo de Lola Rodríguez, pues muchos libros que he leído (y traducido) tienen portadas suyas, pero lo que no esperaba era que sus dibujos fueran a gustarme tanto. Las imágenes complementan al texto a la perfección, y dan vida a Fortuna y sus habitantes tanto como las palabras, hasta tal punto que me resulta imposible imaginar el libro sin ellas.
Las crónicas de Fortuna: El secreto del trapecista es, pues, una apuesta excelente tanto para un público más infantil que el habitual del autor, como para lectores que disfruten de esta clase de novelas. Yo, desde luego, estoy deseando ya leer El recuerdo del mago, que promete ser algo más oscuro y trepidante que el primero, así que espero poder contaros pronto lo que me ha parecido.
Lo mejor: El mundo circense.Lo peor: Podría haber más profundidad en los personajes.Te gustará si... te apetece un middle-grade original y trepidante.