Cuando una persona trata de lograr objetivos y se ven contrariados se producen emociones negativas disfóricas como la tristeza, ira y ansiedad. Las emociones positivas sin embargo, aparecen cuando se percibe que los planes se van ejecutando como esperamos. ¿Qué efectos tienen las emociones positivas? Es más probable que cuando estamos bien de ánimo se nos vengan más recuerdos de cosas positivas, lo cual retroalimenta nuestro estado de bienestar, además se generan estilos de pensamiento más flexibles y adaptativos, fomenta nuestra creatividad, tardamos menos en tomar decisiones y tenemos una visión de nosotros mismos, del mundo y de los demás más positiva. Además podemos llegar a tener comportamientos más solidarios con los demás y se tiende a tolerar mejor el dolor.
Por otro lado, se han relacionado emociones disfóricas como la depresión con alteraciones en el sistema inmune, pero ¿cómo pueden afectar las emociones positivas a nuestra salud? Se han hecho algunos estudios a este respecto. El grupo de trabajo de Seligman descubrió que el grupo de personas “optimistas” tenían mejor salud transcurridos 25 años y menor mortalidad que los “pesimistas”.
Ser optimistas implica aceptar los problemas, buscar los aspectos positivos y emplear el sentido del humor al analizar las distintas situaciones.
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