Hay algunos que dicen que se puede conquistar a una mujer con una delicada caja llena de chocolates. Otros, un tanto más románticos, aseguran que dedicarle una canción específica a la dama de sus sueños asegura el objetivo. Y todavía hay los románticos, chapados a la antigua, quienes declaran sus ilusiones, desvelos y deseos obsequiando a la dueña de su vida un elegante ramo de flores.
Yo, aún hoy, a mis treinta y siete años, no sé cuál de todos los métodos y formas de conquistar a una mujer sea el más efectivo, mas sí tengo claro que, dependiendo de la circunstancia y los gustos de cada dama, un ramo de flores puede regalarnos el favor de una dulce mirada.
Marco Antonio conducía por el Boulevard de Colinas de Minerva, en dirección al sureste, con ruta al aeropuerto. Yo, sentado en el asiento del copiloto, conversaba con él acerca de uno de nuestros temas favoritos, la música, mientras escuchábamos en la radio merengues y cumbias de los 80s.
Al llegar al semáforo del paso a desnivel de Villa Linda, Marco Antonio orilló el carro a la derecha y detuvo la marcha, al tiempo que, con la mano izquierda fuera de la ventanilla, llamaba con una seña a una niña de unos doce años. El semáforo se puso en rojo y la niña se acercó a mi ventana y dijo, mostrándome cinco o seis pequeños ramos de flores:
Tengo margaritas, tulipanes, orquídeas y rosas de varios colores, ¿cuáles le gustan?
Observé los distintos ramos que me mostraba sin que alguno lograse atraerme lo suficiente, y le pregunté si tenía rosas rosadas o en tonos salmón; respondió que sí y, con la misma rapidez con la que había llegado, fue y regresó con dos ramos en distintos tonos del color solicitado. La elección no fue difícil: elegí el de tonalidad más cercana al rosa salmón, le pagué y reemprendimos la marcha.
El trayecto al aeropuerto, el chequeo en el mostrador de la aerolínea y la espera en la sala de embarque transcurrieron sin complicaciones, aún y cuando llevaba en mi mano el ramo de rosas. Una hora y media después estaba ingresando a la aeronave y buscando el asiento asignado, y luego de acomodarme coloqué las flores en el bolsillo que se encuentra en la parte posterior del asiento delante del mío.
Otra hora y media transcurrió y estaba ya en San José de Costa Rica, la primera escala en mi viaje a Caracas. Al desembarcar me dirigí apresurado al primer lavamanos que pude encontrar y, mojándome un poco la mano, eché varias gotas sobre el ramo, para que las rosas se mantuvieran frescas. Repetí el mismo ejercicio en la segunda escala (Lima, Perú), pero cuando buscaba el asiento asignado para el último tramo del viaje, una aeromoza alta y delgada me dijo en tono de desaprobación:
Señor, espero que no haya cometido el error de echarle agua a esas rosas.
Bajé la mirada hasta la altura del ramo, notando dos pequeñas gotas de agua que habían caído sobre el papel celofán que envolvía las rosas, y entendí el tono de la intervención, a lo que respondí mirándola a los ojos:
No, eso es a causa de la humedad de este aeropuerto.
Cuatro horas y media más tarde, me encontraba frente al agente de migración del aeropuerto de Caracas, quien luego de sellar mi pasaporte me dijo: puede pasar, bienvenido; y la ansiedad me desbordó, estaba tan solo a unos pocos metros de abrazarla, de volver a escucharla y de depositar en sus manos mi ofrenda de amor en un ramo de rosas, de su color preferido. Su rostro se iluminó al encontrarnos y su sonrisa fue mágica al tomar el ramo y aspirar su aroma.
Mi estadía en Caracas duró apenas una semana, pero sin duda alguna ha sido una de las mejores semanas de mi existencia, porque descubrí en la ternura de sus manos, el furor de su mirada y la luz de su sonrisa a la mujer de mi vida; y ello gracias a ese pequeño ramo de rosas.
Por eso digo que no son las flores en sí un medio para lograr la atención de una bella dama, sino la flor exacta para la mujer correcta, como lo dice Café Tacvba en su canción Las Flores.
Café Tacvba es una agrupación mexicana con un estilo musical tan propio y variado que los críticos de la materia no han podido definirla dentro de una categoría. Esta banda vio la luz en Ciudad Satélite, Naucalpan, estado de México, en 1989.
Conformada por Rubén Albarrán (vocalista y guitarra rítmica), Emanuel del Real (tecladista, baterista y secuencias rítmicas), José Alfredo Rangel (guitarra solista) y Enrique Rangel (bajista) han establecido un muy original grupo de músicos experimentales, quienes juegan constantemente fusionando ritmos que van desde el rock alternativo, pop, electrónico, ritmos prehispánicos, bolero, mambo y rock industrial entre otros.
El nombre de esta banda lo tomaron de un conocido café del centro de Ciudad de México, ubicado sobre la calle de Tacuba (Café Tacuba), y dado que esto generó problemas con los propietarios del local, por el uso del mismo nombre, optaron por utilizar una grafía antigua en la que la letra "u" se observa representada por la forma gráfica de una "v", aunque se pronuncia como: Café Tacuba.
La discografía de los tacubos, denominación afectiva que le han dado los críticos y el público, consta de once materiales, siendo el primero: Café Tacuba, lanzado en 1992, álbum del que se dieron a conocer canciones como: Las batallas, La sonaja, María, Rarotonga y Chica banda, que gozaron de muy buena aceptación.
El segundo disco de Café Tacvba, titulado " Re", grabado en 1994, rebasa el éxito de su predecesor alcanzando el alto reconocimiento de ser comparado con el disco White (Blanco) de la banda británica The Beatles. De ese álbum se dan a conocer, entre otras: El Baile y El Salón, La Ingrata, Las Flores y Esa Noche.
En 1996 sale al mercado la tercera producción de la banda bajo el nombre Avalancha de Éxitos, compuesta por una recopilación de canciones famosas como: No controles y Chilanga banda, entre otras. A este siguieron Revés/Yo soy (álbum doble) en 1999, Tiempo Transcurrido (2001), Vale Callampa (2002), Cuatro Caminos (2003), Un Viaje (2005, MTV Unplugged (grabado en 1995 y lanzado a la venta en 2005), Sino (2007) y El Objeto Antes Llamado Disco (2012).
Gracias a su talento y el éxito alcanzado, Café Tacvba se ha hecho merecedora de reconocimientos como el Premio Grammy al Mejor Disco Latino de Rock Alternativo, en febrero de 2004, por su álbum Cuatro Caminos. En septiembre de ese mismo año se le premia con dos Grammy Latino: Mejor Canción Rock " Eres", y Mejor Disco de Rock Alternativo, nuevamente por Cuatro Caminos.
Café Tacvba a participado en el cine, grabando canciones para ser incluidas en las bandas sonoras de películas como: Y tu mamá también, Piedras Verdes y Amores Perros. Además han participado en discos tributo a Tintán, José José y Los Tigres del Norte. Así mismo, sus integrantes han realizado trabajos discográficos independientes, sin que ello haya chocado con el trabajo de la banda como conjunto.
Una de las cosas más curiosas de esta agrupación es que su vocalista, Rubén Albarrán, ha cambiado su nombre artístico más de diez veces, adoptando entre otros: Juan, Cosme, Rita Cantalagua, Anónimo, Medardo Nrú at ILK, Gallo Gass y otros, todos por demás originales.
Las Flores, canción escrita por Emanuel del Real (Meme), forma parte del disco Ré (1994) que también fue incluida en la grabación del MTV Unplugged de Café Tacvba el año siguiente en la Ciudad de México, versión en la que invitan al violinista y folclorista mexicano Alejandro López a fusionarla con los versos encadenados del guapango La Huasanga.
Ahora les dejo con Las Flores, en su versión del MTV Unplugged, para ver si se animan a conquistar a la mujer de sus sueños con un bonito ramo de flores, pero cuidado, que podría pasarles como a mí y terminar siendo conquistados.