John Allen Paulos ha publicado recientemente el libro Elogio de la irreligión, en la colección Metatemas MT 106, de Tusquet. La lectura del libro ha motivado algunas reflexiones que compartimos con los lectores de Matemáticas y sus fronteras.
El autor
John Allen Paulos es doctor en matemáticas por la Universidad de Wisconsin y profesor en la Temple University de Filadelfia. Aparte de su trabajo como profesor e investigador (en lógica matemática y teoría de probabilidades), Paulos es uno de los divulgadores matemáticos más conocidos, con varios libros que han alcanzado un gran éxito mundial. Entre sus premios, se encuentra el prestigioso Award for Promoting the Public Understanding of Science and Technology, concedido por la American Association for the Advancement of Science. Paulos destila siempre una enorme ironía, teñida en muchos casos de irreverencia, y ha contribuido a poner de manifiesto los errores que la ignorancia matemática causa en nuestra sociedad.
Otras obras suyas, algunas auténticos best-sellers, son: El hombre anumérico, Más allá de los números, Un matemático lee el periódico, Érase una vez un número y Un matemático invierte en bolsa, todos ellos en Tusquet.
El libro
En este libro, de lectura muy fácil, como suele ocurrir con todos los suyos, Paulos intenta explicar por qué los argumentos a favor de la existencia de Dios no se sostienen. Se hace un repaso de los argumentos tan conocidos como el de San Agustín de la primera causa, así como de los más recientes que apelan al diseño inteligente y la complejidad del mundo.
Usando la lógica y la teoría de probabilidades, Paulos destripa estos argumentos, con humor e ironía, mostrando que al final, es la ciencia la única que nos puede dar respuestas. Seguramente el libro no contentará a creyentos de unas u otras religiones (se cuenta en el libro la airada reacción de San Agustín cuando alguien le preguntó que hacía Dios antes de crear el mundo: “estaba creando un infierno para la gente que pregunta estas cosas”), pero recomendamos vivamente su elctura porque a todos nos hará pensar.
Las Matemáticas y Dios
Las matemáticas proporcionan una descripción extraordinaria de la naturaleza; como escribía Galileo Galieli en Il Saggiatori: “La filosofía está escrita en este vasto libro que continuamente se ofrece a nuestros ojos (me refiero al universo), el cual, sin embargo, no se puede entender si no se ha aprendido a comprender su lengua y a conocer el alfabeto en que está escrito. Y está escrito en el lenguaje de las matemáticas, siendo sus caracteres triángulos, círculos y otras figuras geométricas, sin las cuales es imposible entender una sola palabra; sin ellos sólo se conseguiría vagar por oscuros laberintos.”
Las matemáticas, ¿se inventan o se descubren? La idea platónica es que están ahí y lo que hacemos es descubrirlas; en cierta manera, como decía Voltaire respecto a la expedición de La Condamine para comprobar la predicción de Newton sobre el ensanchamiento terrestre en el ecuador), “Usted ha confirmado en lugares aburridos lo que Newton sabía sin salir de casa”; naturalmente, usando matemáticas.
La idea del Dios matemático es recurrente en la historia (vayan algunos ejemplos):
- “Dios hace aritmética”, decía Karl Friedrich Gauss
- “Dios usó bellas matemáticas para crear el mundo”, decía el Premio Nobel de Física Paul Adrien Maurice Dirac (y otro Premio Nobel, Wolfgang Pauli, replicaba: “Si he entendido a Dirac correctamente, el resultado es: no hay Dios y Dirac es su profeta”.
- “Sire, no tengo necesidad de esa hipótesis”, contestó Pierre Simon de Laplace, en respuesta a Napoleón cuando le preguntó porque no mencionaba a Dios en su Mecánica Celeste.
Otro libro reciente sobre estos temas es el del astrofísico Mario Livio, ¿Es Dios un matemático?, publicado recientemente en Ariel. Livio, conocido por obras como La proporción aúrea, intenta responder a la pregunta de si existen leyes matemáticas en la Naturaleza o, por el contrario, nosotros las creamos.
Perelman y Dios
Hoy mismo acabo de leer una noticia sobre el matemático ruso Grigori Perelman, galardonado con la medalla Fields en 2006 y este año con el primer premio Clay por haber resuelto la conjetura de Poincaré. Se comenta en ABC que Perelman dice haber probado matemáticamente la existencia de Dios. Como en muchas ocasiones, la afirmación es que un amigo suyo ha dicho que parece que… Bien, como reflexión final, me gustaría pedir que se respete a Perelman y que no se siga en el empeño de convertirlo en una atracción de circo: Grisha Perelman ha conseguido la admiración de todos los matemáticos del mundo por su gran logro intelectual, respetemos su intimidad y sus particulares condiciones personales, se lo ha ganado con creces.
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Manuel de Leon (CSIC y Real Academia de Ciencias) es Director del Instituto de Ciencias Matematicas (ICMAT).