Me gusta recordarme la frase "dentro de una vida caben muchas vidas", aunque la vida sea una, los años y el tiempo bailan creando vidas muy distintas. Mi yo de 15 años jamás imaginó mi yo de 28 años, cambian las emociones, la compañía, el paisaje y los sueños. Casi todo cambia, lo que permanece es raíz que sostiene, incluso lo que estaba y está evoluciona y crece. El amor crece, la sensibilidad crece, la consciencia crece, incluso, el vértigo crece. Me decía una amiga, el otro día: "La vida se está poniendo seria, pero a la vez es muy poco seria".
Seguiré riéndome mucho, pero sabiendo que crecer implica echar de menos, renunciar y apostar con firmeza, con la ilusión intacta, con los sueños a estrenar y mirada brillante. Ojalá quede mucha vida por vivir y me siga sorprendiendo en los nuevos comienzos, en las nuevas rutinas y en las nuevas vidas que caben en mi vida.