Esta película de la increíble Nicole Kidman me llamó la atención desde un principio por su título, así que, después de leer la sinopsis, me decidí a verla. En ella se trata un tema que a mí me interesa mucho: el machismo.
Una exitosa mujer de negocios (Nicole Kidman) y su no tan exitoso marido (Mattew Broderick), cansado de vivir a la sombra de su mujer, le pide a esta que deje su trabajo y se vayan a vivir a un barrio en las afueras.
Mi pregunta es; ¿realmente esto es lo que se considera perfecto? Vivir con una mujer sin carácter, sin personalidad, que haga todo lo que quieras, sin poder enamorarte de sus defectos día tras día ni apreciar esas cosas que la hacen única. Puede que al principio esté bien; fuera discusiones, siempre obedientes y serviciales. Pero tanta perfección, al menos así pienso yo, acaba aburriendo. Al final de la película, cuando el protagonista se da cuenta que prefiere a su mujer con todas sus cosas buenas y malas, pero perfecta a su manera antes que a un robot perfecto, se puede ver que un mundo real, con personas reales es mil veces mejor y más interesante que ese mundo perfecto habitado por “robots” sin alma propia.
Mi puntuación a la película: