Cuando era pequeño, mi madre me hacía las manualidades del colegio, me pasaba a tinta los dibujos lineales y corregía todas mis barrabasadas pictóricas, que eran muchas. Y es que las personas tienen talentos distintos, y evidentemente el mío no va por el camino de las artes plásticas o las habilidades con las manos. Vamos, que tengo manos porque algo había que tener al final de los brazos, pero si fueran muñones no lo haría peor que con palma y dedos completos. Tal vez por eso siento tanta admiración por la gente que es capaz de hacer con sus manos auténticas maravillas y, por qué no, obras de arte. Siempre se le dio bien pintar, modelar, trabajar distintas técnicas en las manualidades, y a partir de cierta edad se animó a asistir a clases en el Centro Municipal de Cultura en las que destacó rápidamente cualquiera que fuera la técnica elegida: pintar escayola, tela, miga de pan, pan de oro... Después, llegada la edad de estar jubilada -aunque las amas de casa jamás se jubilan- sigue utilizando parte de su tiempo, incluso quitándole horas al sueño, a ese pasatiempo que sin duda le hace mucho bien y saca lo mejor de ella. Las últimas modas son los broches de fieltro, que también ha tocado, pero menos, y vestir las muñecas tipo Barbie con trajes de noche hechos con servilletas de papel. Eso es lo que os voy a mostrar hoy, porque pensaba crearle un blog para que ella misma mostrara sus creaciones, pero igual que sus manos crean arte, no es la expresión escrita uno de sus puntos fuertes. Así que he decidido ir mostrando aquí las cosas que hace, abriendo una entrada de vez en cuando. Iré mostrando trabajos actuales y anteriores, para que podáis ver lo que es capaz de hacer. Aquí está una pequeña muestra, y podéis ver todas las fotos en la siguiente dirección: Las muñecas de mi madre ¡Que las disfrutéis!