Las paradojas y los mitos del amor romántico

Publicado el 06 marzo 2017 por Carmen Calabuig López @revoltosa1952
Cuando se habla del amor romántico, se suele añadir una nota de color que pone de manifiesto lo maravilloso que es. Por norma general, se habla de los beneficios de tener pareja, lo bueno que es que alguien te quiera y te comprenda a ese nivel. Está claro que tiene efectos positivos para la persona y para su vida en sociedad. Pero también hay que tener en cuenta que puede conllevar una serie de perjuicios para quien está en una relación de este tipo.Tal y como se vive el amor romántico en la actualidad puede hacer que la persona renuncie a tener otras relaciones íntimas (aunque no sean de carárter amoroso). Además, se dan pérdidas de autonomía, independencia y libertal personal. Por otro lado, pueden aparecer las discusiones y los celos, o la percepción de que el otro no está dando en la pareja lo mismo que nosotros. Todo ello puede llevar a la destrucción del vínculo.“Cuando dos personas están bajo influencia de la más violenta, más delirante, y más transitoria de las pasiones, se les requiere que juren que permanecerán en esa condición excitada, anormal y exhaustiva continuamente hasta que la muerte los separe”-George Bernard Shaw- Compartir

Las paradojas del amor romántico

El caso es, que el amor romántico, de la forma en la que lo entendemos en nuestra sociedad, está lleno de paradojas. Estas contradicciones crean una tensión considerable.
  • Deseo vs. posesión: el caso es que, el deseo -no solo el sexual- desaparece como tal una vez que se ha satisfecho. Es decir, lo poseído se puede disfrutar pero no desear, que es uno de los motores del enamoramiento. Cuando encontramos obstáculos para consumar el deseo romántico, aumenta la pasión, mientras que disminuye si lo conseguimos de manera fácil.
  • Altruísmo con la pareja vs. egoísmo biológico: socialmente se nos enseña que es necesario ser altruista con la pareja, de forma que nos sacrifiquemos por el otro y nos entreguemos totalmente. Esto choca con los mecanismos evolutivos que se centran en la búsqueda de placer y la maximización de las probabilidades de transmisión genética. Es decir, con nuestros instintos.
  • Idealización vs. realidad: la idealización de la otra persona es uno de los pilares del enamoramiento, ya que supone la fuente de las expectativas de enamoramiento y del deseo de intimidad. El caso es que, a medida que se consolida una relación, esta idealización va desapareciendo, ya que vamos conociendo la realidad de la otra persona.
  • Pasión vs. convivencia: es una de las contradicciones más conflictivas, ya que después de un tiempo conviviendo con una misma persona, la pasión va disminuyendo paulatinamente. Pero las normas socio-culturales nos dicen que tenemos que formar una pareja estable cuando sintamos pasión, y que esta perdure con el paso de los años.
  • Compromiso vs. independencia: las personas queremos seguridad. Buscamos un compromiso de unidad y apoyo, y sentirnos exclusivos. Pero a la vez, queremos sentirnos autónomos y libres de ataduras, de forma que se mantenga nuestra independencia. Como podemos imaginar, compaginar ambas necesidades es difícil e influye de forma directa en la satisfacción con la relación amorosa.
  • Fidelidad vs. deseo de novedad: los seres humanos tenemos impulsos que nos guían hacia lo novedoso, aunque esté prohibido tácitamente. Es decir, hacia la infidelidad. Con el paso del tiempo, nos sentimos atraídos por otras personas y esto choca de forma directa con la norma social de exclusividad sexual para el resto de la vida. Esta regla es totalmente cultural, ya que ni se da en las demás especies animales ni en todas las sociedades humanas.