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Las pataletas

Publicado el 25 julio 2012 por Asturianinos @asturianinos

Todos los que tenéis hijos sabéis que es inevitable librarse de lidiar con las pataletas de vuestros hijos. ¿Y quién no las ha tenido siendo pequeños?Las pataletas

Las pataletas son actos desesperados de conseguir algo o protestar por algo que está sucediendo. Algunos incluso dirían que son comportamientos fruto de la frustración. Cuidado, no confundamos frustración con el inicio de un trauma ni muchísimo menos, esta frustración se puede traducir por un “no me salgo con la mía”.
¿Qué hacer cuando el niño patalea? Claramente, nunca ceder si lo hace por un capricho o porque se niega a obedecer (que así ocurre en la mayoría de la ocasiones). En caso contrario estaríamos dándole al niño lo que desea a cambio de la pataleta y ésta empezaría a utilizar como arma para todas sus pretensiones, ya que se habría aprendido que ese comportamiento “es el que funciona”. Y el mismo efecto se daría si se cediese a veces sí, a veces no.
Ya que las pataletas son protestas y todos tenemos derecho a ellas (dentro de un decoro) se puede enseñar una manera alternativa de oposición. Nadie está pidiendo que los niños alcen una pancarta en casa y griten al unísono “su grito de guerra” sino que comuniquen de forma calmada lo que les ocurre.
Para este propósito se les debe explicar a los niños la manera más adecuada de hacerlo, es decir, con palabras claras, con tranquilidad y formulando peticiones, no exigiendo. Cuando el niño comience a sustituir la pataleta por esta forma de comunicación se le debe recompensar esta en las primeras ocasiones. Este momento puede suponer un conflicto para nosotros. Aquello que más podría reforzar la expresión adecuada de la protesta sería la obtención de lo que el niño pide o la eliminación de aquello por lo que protesta…pero no debemos dárselo, porque si no aprendería que en vez de la pataleta, puede obtener lo que quiere a través de la comunicación en detrimento de la autoridad paterna. En este caso se le pude recompensar con otras cosas. Por ejemplo: alabanzas, posponer para otro día lo que pide el niño por su buena comunicación, actos de cariño, otro tipo de actividades u objetos que le gustan, etc.
Pero esto solamente debe hacerse en los primeros momentos, cuando el niño está sustituyendo la pataleta por la comunicación adecuada, una vez esta última este afianciada, no tiene por qué seguir recompensándose. La vida no es una recompensa constante y esto también deben aprenderlo lo niños.
Lo que se propone desde esta entrega de “Reflexiones” es la sustitución de una conducta más disruptiva como puede ser una pataleta constante por una forma más adecuada de comunicación de los propios sentimientos y deseos. Si las pataletas son incontrolables, desmesuradas y demasiado comunes, se recomienda consultar a un profesional, ya que esta conducta de protesta puede se signo de algún otro problema base que estaría detrás de este comportamiento.


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