Corría el año 1990, cuando en pleno Festival de Sitges saltaba la sorpresa. Una película, de la cual apenas se sabía nada, se alzaba con el premio gordo.
Las crónicas relataban un filme diferente y extramadamente violento. En muy pocos días Henry se convertía en todo un fenómeno del boca-oreja, logrando ser un título de culto por méritos propios.Henry, retrato de un asesino. (Henry. Portrait of a Serial Killer. 1986)
Director: John McNaughton
Guión: John McNaughton y Richard FireMúsica: Ronert McNaughton, Ken Hale y Steven A. Jones
Fotografía: Charlie Lieberman
Reparto: Michael Rooker, Tom Towles, Tracy Arnold
Premios:
Festival Sitges 1990:
-Mejor Película
-Mejor Director (ex-aequo Sam Raimi)
Fantasporto 1991:
-Mejor Película, Guión, Actor y Actriz.La propia distribución estaba confundida. En su campaña de publicidad la vendían como una película más de terror. Sin duda que el horror está presente, pero publicitarla como película del género no es del todo correcto.
Henry es un filme sobre como la maldad se apodera de un hombre corriente. Matar sin motivo, como un acto más, como si de una diversión se tratara. Un descenso a los infiernos estremecedor. Tres personajes acorralados en una sociedad en la que no tienen cabida.
Dos hombres y una mujer que nos provocan un rechazo enorme. Henry, Becky y Ottis. Este último un tipo de lo más repulsivo y desagradable que hayamos visto en una pantalla.
La película es corta en duración pero potente en resultados. Desde el inicio nos muestra sus cartas. Los crímenes de Henry son expuestos de manera clara. La violencia sin sentido fluye por la pantalla y por nuestros ojos. Nos incomoda. Y esa sensación nos acompaña durante todo el metraje hasta llegar a su espléndido y recordado final.
Lo mejor y más extraordinario de la película, es la manera de estar rodada y como están plasmadas las atrocidades de Henry y cía.
Aquí no hay motivos para la muerte. No hay causas románticas ni nada por el estilo. Henry encarna el mal. Es un tipo que es así, sin razones y sin motivos. Mata por diversión, mata porque sí.Espeluznante la conversación con Ottis para salir a matar a alguien, como si se tratara de ir al bar de la esquina a tomarse una cerveza. Este realismo es el que nos pone los pelos de punta. No esperemos preguntas ni respuestas porque no las hay, así de sencillo, así de escalofriante.
John McNaughton dirige la película de forma magistral. Sus imágenes son "sucias", casi amateurs, con una atmósfera seca y malsana. Y como si se tratara de un documental, vamos asistiendo con todo detalle a los diferentes asesinatos que se comenten. Los sentimientos y la humanidad no tienen cabida en la película.
El retrato del asesino se nos muestra muy cercano. Un tipo corriente, un ciudadano más. Cualquiera puede cometer un crimen.
Nadie está a salvo del grado de locura que posee Henry. La película está basada en una historia real. La del asesino Henry Lee Lucas y su compañero Ottis Elwood Toole.Los guionistas se entrevistaron numerosas veces con el verdadero en la cárcel. Al final optaron por su visión personal y pocos aspectos reales vemos en el filme. Por ejemplo, las excelentes y espeluznantes escenas de las grabaciones en vídeo son inventadas. Ottis regocijandose, y observando fotograma a fotograma una y otra vez sus crímenes son momentos tremendos y dolorosos que nos enseñan el más sucio de los comportamientos humanos.No estamos ante la típica producción de Hollywood. La película triunfa porque no es nada convencional.
En el cine hemos visto multitud de asesinos, incluso muchos de ellos han despertado nuestra simpatía, aquí es al contrario. El guión del propio director acierta plenamente al mostrarnos la realidad tan seca y tan dura. Henry y Ottis son dos tipos despreciables, que en ningún momento cuentan con nuestro beneplácito.
Como rezaba en su publicidad: "No es Freddy, no es Jason... es real"
Los tres intérpretes realizan unas espléndidas interpretaciones. Como principal Michael Rooker en el papel de Henry. El actor debuta en el cine con esta película. La transformación en este asesino es sencillamente magistral. Un actor con un físico muy reconocible, que posteriormente no ha tenido un gran éxito con sus siguientes filmes. Siempre de secundario lo más destacado ha sido, "Mississippi Burning. (1988)", "JFK. (1991), y "El efecto dominó. (1996)".
Tom Towles, el repugnante Ottis, poco más ha hecho. Rob Zombie contó con él para sus "Halloween".Y Tracy Arnold (Becky) fue su único papel.
Caso más llamativo es el del director John McNaughton. Toda una promesa que quedó en nada. O por ahora es lo que hay.
Tan solo las interesantes "La chica del gangster. (1993)", y "Juegos Salvajes (1998), se pueden rescatar de su filmografía."The Harvest", su última película pendiente de estreno, puede ser una recuperación. Un thriller que cuenta en el reparto con Michael Shannon ("Take Shelter". 2011)
Henry es una historia fría y brutal, que no alberga ningún tipo de alma. Sus imágenes y su música nos mostraron el verdadero aspecto de un psicópata asesino. Un punto de inflexión en los siguientes retratos que nos ofrecería la industria. Una película magistral.