Las personas solitarias tienen un cerebro especial

Publicado el 19 marzo 2018 por Carmen Calabuig López @revoltosa1952

Posted: 18 Mar 2018 04:53 PM PDT

Nos hacemos eco de un estudio que llevó a cabo hace unos años y que no deja de sorprender a los lectores, sobre todo a aquellas personas que se consideran solitarias.


  

¿Cómo responden los solitarios a las recompensas?

   Los datos del estudio publicado en Journal of Cognitive Neuroscience que os compartimos a continuación, son de una población muy pequeña y sesgada, únicamente se estudiaron a 23 mujeres estudiantes universitarias, por lo que hay que entender estos resultados como lo que son, un dato curioso y, entender que hay que replicar el estudio en poblaciones más grandes para comprobar nuevamente los resultados.
  Para el estudio, primero se les realizó una serie de preguntas a las entrevistadas para saber quién se sentía socialmente aislada, solitaria o quien no se sentía de ninguna de esas maneras.
  A continuación, se les realizó un escáner cerebral mientras miraban fotografías de de personas disfrutando de sí mismas y se vio que la región cerebral conocida como cuerpo estriado, se iluminó menos en las aquellas que se denominaron como personas solitarias.

 El cuerpo estriado está asociado a las recompensas que obtiene, como la comida o el dinero, lo que llevó a los investigadores a entender estos resultados como que la gente solitaria tiene menor actividad en esta parte del cerebro.  Traducir esto en términos más concluyentes con una población tan pequeña no les ha resultado fácil, pues no han podido esclarecer si es que el aislamiento social disminuye las respuestas cerebrales a las recompensas o si la gente que tiene menor actividad en esa región tiende a ser solitaria.
  Aún así, los autores creen que dado que la gente solitaria no “depende” de la sociedad, puede ser que no se sienta reconfortada con las recompensas sociales.  Según las estadísticas de Estados Unidos, uno de cada cinco estadounidenses experimenta la soledad, lo que se considera un problema en la sociedad moderna, por una parte porque está disminuyendo el tamaño de los hogares, y si la gente tiende a la soledad, entonces significa que debe haber una casa por persona, en vez de para varias. 

  Por otra, si hablamos de cuestiones psicológicas más que datos demográficos, nos tendríamos que plantear si esa soledad es escogida u obligada, qué esconde esa soledad y cómo se sienten estas personas emocionalmente hablando, ya que no podemos olvidar que el ser humano tiende a ser sociable por naturaleza.

Consecuencias de la soledad y el aislamiento

  El ser humano es un ser social por naturaleza, tal y como antes os indicábamos, por lo que hay estudios que muestran que la soledad no siempre es la mejor opción para la salud.   Ésta se ha asociado a una menor cantidad de flujo sanguíneo y a un sistema inmune más pobre, lo que también puede aumentar las probabilidades de sufrir depresión.  A su vez, también podemos encontrar estudios que indican que los solitarios tienen una presión arterial mayor, por lo que el riesgo de enfermedades cardíacas sube.

  Si aportamos estudios más recientes, también realizados en Estados Unidos con poblaciones de estudio mayores, 800 personas, se ha relacionado la soledad y el aislamiento con una probabilidad dos veces mayor de padecer alzheimer (Archives of General Psychiatry) La conclusión que ofrecen es clara, la soledad no sólo tiene un impacto emocional, también tiene un impacto físico. En palabras de la Dra. Susan Sorensen, “es la percepción individual de soledad y no el grado real de aislamiento social el que más se correlaciona con el riesgo de Alzheimer”.Fuente: Livescience y De psicología