Revista Talentos

Las ratas no tienen alas...

Publicado el 18 febrero 2019 por Theraven Víctor José Guindo Singh
Las ratas no tienen alas..."Poker en Recinto/Jardín de Contrastes." Collage A3.
I
Cuando enniñezco
encripto cristales
en la argamasa del viento
con la que forjo
castillos fantasmas...
Entonces converso a solas
con seres que nunca viera
alguien...
Cierta vez alguno
me dibujó un retrato de palabras...:
"
Recinto cruzado en rachas
por sombras que susurran...
Túnel a trazo de fuego
en la masa de silencio...
Sima helicoide, con filo,
como hoja letal de Arcano Sueño..."
Son traviesos Los Güijes
y más serios Los Cagüeiros...
II
Pensaba que
quizás
si se quiebra un verso
por el tallo
saliera una melaza de cristales
rotos
o de púrpuras
conjuros estancados...
pensaba yo,
pensaba...
siempre voy pensando que me pienso
que me olvido de olvidarme
que nadie llega,
nadie se va
que nadie queda y sí...
porque solo no estoy
y recuerdo el punto,
ese en que....:
pensaba que quizás,
si se quebrase un verso
por el tallo,
su flor se iría sola
a las alturas...
III
Quería hacer un poema delicado
que hablara de la niña
que desanda, en silencio, tus palacios
interiores...
Quería hablar de la mujer
que se extasía en los deleites
aquellos que imagina como casi prohibidos...
...pero sólo atino a pensar
en la imagen de tu cara,
en la elegancia sutil
de tu figura
que esconde el eco de un ansia
de gata feroz y deleitosa
de arrullo y devaneo,
del húmedo olor
a prisión bendita
donde me encerraran
de una vez
para no tener que agonizar
de contínuo, imaginándote...
Sospecho que, al final,
tampoco escribí aquel poema
sino una carta en versos
que solo hablara de tí
y de alguien que te sueña
en la cama,
pero despierto desde todo ayer,
de madrugadas demasiado secas
como para engalanarlas
con un simple anhelo...
IV
Hay ciertos momentos especiales, a través del espacio, digo, que traspasan a los mortales; pero no voy a cargar solo con esto, me voy a traer delante mío a ese grande entre los mayores: José Julián Martí Pérez y ese tan poco mencionado poema referido a dos enamorados en la distancia que los separa y nadie sabe bien por qué....
En el alféizar calado
de la ventana moruna,
pálido como la luna,
medita un enamorado.
Pálida, en su canapé
de seda tórtola y roja,
Eva, callada, deshoja
una violeta en el té.
---
 Sin embargo, apuesto por sucumbir menos y trascender más, incluso a los protagonistas...:
Quisiera dedicarte algún destello
que colgara para siempre, detenido
en instantes como copos
y como lluvia también
en los veranos tiernos...
Quisiera hacer por ti
algo que nunca marchite
fuera del imaginario lienzo
la piedra, el metal o los papeles...
Qué obsesión, qué desafío
esculpir el tiempo
y que se quede
atrapado en la memoria
y también en los olvidos...
Qué anhelo eternal
quitarle el movimiento
a aquello que quizás perdure;
si acaso cruzar ciertos umbrales
me revele otra extraña dimensión,
un ningún sitio, quizás,
de alguna hora sin nombre ni medidas...
V
Quizás no alcance a decirte
la primera sílaba siquiera
de aquellas cosas
que tampoco entiendo...
y es así de simple,
en aquello en lo que no
te alcanzo con palabras
te acaricio con mis sueños...
Tampoco es el silencio
el estado de encontrarnos,
los secretos hacen ruido
en las vastas galerías
del recuerdo
de los días que vendrán...
VI
Recuerdo cuando era niño,
 a mi papalote
le pesaba el hilo,
que hacía ondas,
ondas que casi arrastraban al suelo...
y en el hilo
la tensión del anhelo
y cada vez a la altura
más fuerte...
mucho hilo,
mucho hilo...
mucho viento, mucho viento...
y la cola del cometa, y el papel...
y la tensión en las manos
y el hilo que casi corta,
que no se corta a sí mismo...
Casi nada cambia,
casi nada...
ni el viento...
VII
Mapa Anatómico de un Sueño.
Con agobio,
rearmo las partes que escapan de mi cuerpo
mientras mi padre me conduce
al regazo de mi madre...
El disco de azules juega a esconderse en el vitral;
 y un brazo, con sus dedos,
repta hacia el pretil y acaricia una paloma...;
un ojo lo sigue, el otro se sumerge en la pecera...
Ya casi llego a la medida de lo cotidiano;
cuando regrese la otra pierna,
que ahora no veo,
cruzaré la frontera del Reino Intermedio,
hacia el siglo de esas gentes que luego olvidaría  gustoso...
Este sueño siempre regresa,
como  el eco de una  imagen
atrapada  en un salón con  espejos por paredes...
VIII
"Dígale —sonrió el coronel— que uno no se muere cuando debe sino cuando puede..." ("Cien años de soledad." de G.G. Márquez)
Sospecho que

la ronda de los días no te toca...
Que la espiral de lentos milenios
no te rosca definitivo en un abrazo
de serpiente
en un hálito de principio y fin...
Sospecho que te vienen
mejor
las leyendas de pájaros de fuego
o de héroes clavados a una roca
donde un pájaro distinto
les come las entrañas cada día
y la muerte, en cambio,
no les toca...
hay leyendas de todo tipo
las hay
también
para mirar atrás de continuo
desde los ojos brillantes
de una escultura de cristal lento...
Una sola palabra puede matar
a cualquiera y de cierto
los más vulnerables
las repiten con ansias
pero sin filo...
aunque se corten las manos
en el intento...
Es difícil comprender
de todo punto
que la muerte, también,
cuenta huérfanos de sí misma,
abandonados a la vida...
IX
Mi árbol ignoto.
No estoy bajo la sombra,
floto y fluye en mí la savia
donde renuevo...
Despierto en el verde fulgor de las hojas
junto al aire...;
o en la tibia humedad de la tierra.
Mi piel es la corteza,
por los nudos veo.
El horizonte es un anillo
en torno al árbol,
y el tenue murmullo de la savia
me viaja en un eco apacible:

..."El Viento gira en las nubes,trae por la cintura al Agua"...


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