Las redes sociales, facebook, tuenti, ..., un nuevo peligro para nuestros adolescentes.

Publicado el 19 noviembre 2010 por Jhlestat
Hacía tiempo que tenía pensado dedicar un post del Blog a hablar de estas nuevas “ redes sociales “, cuya popularidad ha aumentado, desde hace algún tiempo, de forma realmente espectacular, y cuyos miembros, en su mayoría, son millones de adolescentes . Cada uno a su manera, y en distinta medida, tarde tras tarde, dedican unas cuantas horas a charlar con sus amigos ( o lo que aún es peor, con auténticos desconocidos ), intercambiar fotos, y chatear.
Precisamente hoy, y es la razón que hace que esté escribiendo en estos momentos acerca de este tema tan complejo, a pesar de lo simplón que pudiera paracer en un principio, e incluso escabroso, he leido que un Juzgado de Las Palmas de Gran Canaria, ha condenado al padre de uno de estos jovencitos e irresponsables usuarios, en concreto del famoso Tuenti, a abonar 5.000 Euros, en concepto de indemnización, a la familia de una menor, cuya foto ( en ella aparece sólo con su ropa interior ), fue colgada, por su simpático y ocioso hijito, en dicha red.
El resultado de la travesura cometida por el chavalín, ha sido que la chica haya dejado de acudir a sus clases, puesto que era objeto de bromas y mofas diarias por parte del resto de sus simpáticos compañeros de Instituto, ya que la habían visto semidesnuda y, ¿ cómo no ?, procedieron, con la crueldad que a algunos les caracteriza, a dedicarla, en el dichoso Tuenti, toda clase de insultos, desprecios y despropósitos varios. Delicadas frases con mensajes que prefiero no reproducir aquí. Ha perdido el curso, y las secuelas sicológicas, para ella y para sus padres también, será inevitables y, probablemente, muy duraderas.
El mal ya está hecho. Como podréis comprender, cinco mil euros no arreglan nada en estos, y otro muchos, casos.
Como en casi todos los ámbitos de la vida, y como dice el conocido dicho popular, “ más vale prevenir que curar “.
Ya comenté, no sé si en éste, o en el Blog de mis Padres, que hace ya algunos meses, mi hija, me pidió abrir una cuenta de ésas. En principio me negué, pero luego reflexioné, y tendiendo en cuenta la madurez que, al menos hasta el momento, me ha demostrado tener, sobre todo en los asuntos que realmente me importan, decidí dejarla ( ya estaban apuntados, desde hacía mucho tiempo, el resto de compañeros y amigos ), eso sí, con algunas condiciones.
Yo conocería su clave, podría entrar cuando quisiera, no pondría su nombre verdadero, escribiría con corrección y educación, y no recuerdo si había alguna más. No importa, las tengo por escrito en un mail que me envió.
Debo reconocer que las visitas a su cuenta no han sido demasiadas, puesto que, insisto, hasta el día de hoy, ha sido muy responsable y he podido comprobar, mediante esos esporádicos controles, que sabe cumplir con su palabra. Siempre hablo en presente. No puedo adividar si esta situación perdurará en el tiempo.
Volviendo a la Sentencia dictada por el Juez de Canarias, sí me ha gustado una serie de recomendaciones que en ella hace, y que, ciertamente, y al menos en mi modesta opinión, deberían seguir a rajatabla todos los padres cuyos hijos utilizan a menudo estas “ redes “ ( nunca mejor dicho ).
Afirma, con gran acierto y sentido común por su parte, que los padres, como parte de sus obligaciones para con sus hijos, deben ejercer, ineludiblemente y sin excusa alguna, un riguroso control sobre ellos, que incluye estar pendiente de la forma en que éstos utilizan los nuevos medios de comunicación, ante el peligro real que pueden llegar a suponer. Y que no se les puede dejar absoluta libertad, ni en éste, ni en otros muchos temas, puesto que dicha libertad puede degenerar en graves e irreversibles daños para nuestros menores.
No creo que el Juez haya leído mi Blog, pero si lo hubiera hecho, vería que ambos no podemos estar más de acuerdo en este asunto.
Ya he escrito al respecto. Los hijos no son nuestros colegas. Tampoco son nuestros amigos. Son nuestros hijos.. Y nuestro inexcusable deber, es estar pendientes, a diario, de su correcta formación y educación. Preocuparnos, e incluso compartir sus actividades, escolares o extraescolares. Resumiendo, que debemos ser responsables como adultos que, en teoría, somos, de nuestros menores. Y ya muchos sabréis, por experiencia propia, que no es tarea fácil. Es necesario sacrificarse en gran medida, y renunciar a muchísimas cosas a cambio. Y si todo ba bien y conseguimos nuestro propósito, pues perfecto. Pero lamentablemente, y a pesar del esfuerzo realizado, las cosas no siempre salen bien y se tuercen. Es un riesgo que hay que correr. Al menos lo habremos intentado.
Algunos padres, creen, equivocadamente, que esta protección consiste en ir a pelearse, a tortas si la ocasión lo requiere, con el profesor, al finalizar el curso, cuando, para su incomprensible sorpresa, su hijo o hija, llega a casa cargadito de suspensos. En defenderles ciegamente, tengan o no razón, y en proporcionarles, sea como sea y a cualquier precio, todo lo que les antoje ( no vaya a ser que se depriman o se sientan “ inferiores “). Para ellos, sus hijos son coleguitas. Pues, más tarde o más temprano, esos coleguitas van a traer más de un problemita gordito a casita. Podéis estar seguritos.
A toda esta problemática que trae consigo el mal empleo de las mencionadas redes sociales, Tuenti, Facebook y demás, hay que añadir otro pequeño detalle. La edad de un gran número de usuarios, en un porcentaje altísimo, se sitúa entre los 11, incluso menos, y los 16 años.
No contentos con que niños de diez u once años, a veces menos, posean móviles, y los lleven incluso a clase, sus padres consienten en que accedan a Internet sin realizar control alguno sobre sus actividades una vez conectados. Es como todo. Bien empleado, puede ser, y de hecho lo es, un instrumento importantísimo en sus estudios, y constituir, indudablemente, una inapreciable herramienta de trabajo y ayuda en sus deberes. El fallo que cometen, es que no siempre se utiliza adecuadamente. Al fin y al cabo, y aunque a algunos de les olvide, siguen siendo niños, por mucho que nos empeñemos en hacerlos mayores antes de tiempo. Para eso estamos, entre otras cosas, para ayudarles a que lo empleen adecuadamente.
Como dedican tantas horas, a diario, a permanecer metidos allí, y vuelvo a insistir, sin que nadie les controle, algunos terminan muy mal. Prensa y televisión, dan buena cuenta de ello, con más regularidad de la que sería deseable.
Se pasan las tardes, y algunos también las noches, repitiendo frases ( lo que es normal, puesto que están tanto tiempo conectados, que nada importante tienen ya que decirse los unos a los otros ), que, aunque en principio pudieran parecer cariñosas, terminan por aburrir al más pintado. Cientos y cientos de páginas, llenas de expresiones del tipo: “ Sois los mássss “, “ Os quiero muchísimo “, “ Sois lo más importante que me ha ocurrido en la vida “, “ Yo mássssss “, y otras similares, empleando, dicho sea de paso, un atroz vocabulario que se asemeja bastante al utilizado en bazofias televisadas, como el repugnante “ Sálvame “. Por no hablar de faltas de ortografía y redacción, dignas de figurar en alguna Antología del Chiste.
Y como ya he dicho, las redactan ( no estoy seguro de que redactar sea el verbo más apropiado aquí ), personas que aún no son adultas, sino niños o adolescentes. Lo primero que hacen, nada más llegar de clase, es comprobar, como ellos dicen, “ su Tuenti “. Después, siguen pegados al ordenador, hora tras hora, descuidando, por lo tanto, sus obligaciones escolares, y, de paso, alejándose cada día más de su familia. El contacto entre ellos cada vez es menor. Esa conducta tendrá unas repercusiones espantosas en la mayoría de los casos.
Mención aparte merece el hecho de las miles de fotografías que muchos cuelgan en su espacio personal. Estoy seguro de que alguno tiene allí más de las que familias enteras se habrán hecho durante toda su vida. No estoy hablando de 30 o 40, hablo de ¡¡¡¡¡ miles y miles !!!!!. Cada día, pueden subir docenas de ellas. Y digo yo, ¿¿¿ de verdad es realmente necesario fotografiarse a diario ???. Nada malo hay en ello, pero no es sino una prueba más de lo que ya he dicho. Se trata de niños, ¡¡¡ de niños !!!, en cuyas manos ponemos instrumentos que aún no se corresponden con su edad, ni física ni, por supuesto, mental.
Lo importante sería conseguir concienciar a todos y cada uno de los padres, del peligro que están corriendo nuestros niños, si no hacemos nada para corregir tan delicada situación.
Ya lo ha dicho el Sr. Juez. Hay que dedicar tiempo, queramos o no, a controlar éstas, y otras actividades, y no dejar que nuestros pequeños actúen sin vigilancia alguna. Nos tenemos que dar cuenta de que la necesitan. No se trata de una opción. Es una obligación. Quizá una de las más importantes, después de la de criarlos y vivir junto a ellos, ayudándoles en todo lo que esté en nuestra mano.
Así pasa. Muchas familias dan la sensación de estar realmente desmembradas. No comparten prácticamente nada. Cada uno está encerrado en su habitación ( en ella tienen todo lo que ellos consideran de vital importancia : consolas, Televisión, Ordenador, ... ), dedicado a Dios sabe qué, y sólo se ven en las comidas. Algunos incluso se la llevan a su cuarto, para aprovechar mejor el tiempo, aislándose aún más.
Si estuviéramos hablando de personas ya adultas, podría tener un pase y, en todo caso, estaríamos hablando de una problemática distinta,, pero en este caso concreto, teniendo en cuenta su temprana edad, ¡¡¡ Y QUE SE TRATA DE NUESTROS HIJOS !!!, es una auténtica locura consentirlo. Nos pongamos como nos pongamos, no es en absoluto razonable.
Como decía mi querida Mamá, “ a las pruebas me remito “.