
SIN DERECHO A LA VIDA Hay que enmarcar esta situación de desigualdad en un dilatado proceso de vejaciones a los Derechos Humanos a los saharauis por parte de Marruecos, un muro de la vergüenza de 2.700 kilómetros y, por ejemplo, detenciones y desapariciones frecuentes y arbitrarias. "Estamos hablando del derecho básico, a la vida, pues allí es muy posible que te rapten o que te hagan desaparecer", coincidió Mendizabal con numerosos activistas pro Derechos Humanos. Al igual que en el régimen iraní, Mendizabal comparó el Sahara ocupado con "un Guantánamo". En cambio, una singularidad de los saharauis, y en particular de las mujeres, sería que "son resistentes, no resignadas, luchan contra viento y marea contra la ocupación marroquí y su laminación de derechos". Esa fortaleza tan asombrosa, y que se pudo constatar en el discurso de Haidar, de Elghalia Djimi y otras sufridas veteranas activistas saharauis, tendría que ver con "la fe, tienen inoculado que su derecho es justo. Tienen la perfecta seguridad de que tienen razón. Si además unes que el Islam les garantiza que el más allá es más placentero, su fuerza es descomunal". Mendizabal subrayó cómo las mujeres saharauis han edificado la cultura y la educación de su nación, y cuentan con tres ministras y más de treinta parlamentarias, aunque "la lucha de liberación nacional es el motor que identifica al pueblo saharaui, pero si contaran con un estado propio tendrían el mismo problema que en el resto del planeta". Por ejemplo, en los campamentos ocupados "los hombres son más activos que ellas, que se relegan a una segunda posición", narra. Y la vida asociativa, en el Sahara, tiene un carácter clandestino "brutal". En esta coyuntura, una de las conclusiones de la III Conferencia Internacional de Apoyo a las Mujeres Saharauis es que "ahora hace falta un impulso adicional para que se formen" y perfilen "los límites de la corresponsabilidad". En este sentido, ya en 2010 empezó a fraguarse el foro Nuevo Futuro para las Mujeres.
CONTRIBUCIÓN A LA RESISTENCIA Un total de 150 delegaciones de mujeres de diferentes países han acudido a este encuentro internacional, en torno al que ha vertido un "ímprobo trabajo" la UNMS en foros internacionales, con innumerables viajes por parte de Fatma Mehdi por los cinco continentes. Una "exitosa" cita, en la que tomó parte activa la Red Vasca de Apoyo a la UNMS, muy participativa en todo lo que respecta a proyectos de cooperación desde la perspectiva de género en dicha comunidad. Esta III Conferencia analizó el derecho a la resistencia ejercido por las saharauis en los territorios ocupados. Parlamentarias vascas, canarias, francesas, redes internacionales de mujeres y asociaciones amigas del pueblo saharaui unieron sus apoyos a los de ONGs de toda África y de Estados Unidos y Latinoamérica, reconociendo a las mujeres saharauis su resistencia pacífica y su contribución a la militancia por la libertad y la independencia. Entre sus conclusiones, les rindieron homenaje por su lucha por la libertad de su pueblo, en el pasado colonial y en la actualidad, reconociendo la "brutal represión" ejercida por las autoridades de ocupación marroquíes. Solicitaron la "inmediata liberación de todos los presos políticos saharauis, encabezados por el grupo de Gdeim Izik", así como observadores externos en la zona; el respeto de los derechos de expresión, reunión y manifestación pacífica en las zonas ocupadas y la garantía de acceso de la población saharaui a sus derechos sociales. Una vez más, la vocal de Euskal Herria y Sahara Territorios Ocupados prestó su voz y apoyo.
Las claves En 1996 tuvo lugar la I Conferencia Internacional de Apoyo a las Mujeres Saharauis. En esta edición, hubo tres partes: la primera, en los campamentos de Tindouf; la segunda, en Argel, donde se produjo un hermanamiento con las Madres de la Plaza de Mayo -por el gran número de desaparecidos saharauis- y la tercera, en los territorios ocupados, en El Aaiún, "un estado de sitio en toda regla", retrató Itziar Fernández Mendizabal. Tal y como temían, esta tercera entrega estuvo caracterizada por interrogatorios constantes de los policías marroquíes antes de acceder a la vivienda de la anfitriona, una mujer cuyo marido fue asesinado y varios de sus hijos están desaparecidos. Los furgones policiales se apostaban frente a la casa y hostigaban a los activistas foráneos. Mendizabal relató que las saharauis demandan cursos de primeros auxilios, pues "les golpean en las manifestaciones y, si van a los hospitales a que les curen, allí les torturan también". La situación se viene dilatando en el tiempo y los participantes en esta cita denuncian los asesinatos, intimidaciones, secuestros, torturas, violaciones, encarcelamientos y empobrecimiento generados por la ocupación marroquí. Las mujeres saharauis precisan formación, pues, aunque luchan junto a los hombres, continúan relegadas.
Fuente: deia.com