Durante algo más de una semana hemos tenido una invitada en casa, Cindy se ha venido de vacaciones con nosotros y hoy se ha ido a su casa a Yepes, la vamos a echar de menos, aunque espero que vuelva a hacernos una visita algún día.
Durante estos días Cindy ha hecho nuevos amigos caninos y no caninos, ha dormido como una ceporra en el sofá, en la cama e incluso alguna vez en su cojín... Ha conocido a Lola, con la que ha tenido algún pequeño “roce” porque se ponía celosilla, Valentín, un perro viejecillo que vive cerca y también ha conocido a un perro lanudo que vive enfrente y que le daba un poco de miedo.
Todas las mañanas dábamos la vuelta a Toledo juntos y a ella le encantaba aunque acababa rendida y se dormía durante todo el resto de la mañana.Asistió incluso a un mitin de los sindicatos en la Plaza del Ayuntamiento y allí conoció a una niña que le contó un secreto al oído que no nos ha desvelado. Lo gracioso de la niña es que cuando se fue con su madre iba a cuatro patas y ladrando como si fuera un perrito. En ese lugar pasó un poco de miedo con los petardos que tiraron y la tontita de Cindy se metió debajo de mí asustada.
Por las noches íbamos a la Heladería La Italiana y allí yo pedía un granizado de limón (como siempre, tengo que satisfacer mi adicción) mientras Cindy me esperaba fuera con Patri, a Cindy le encanta el granizado y se comió más de un trocito de hielo.
Para ir a la heladería antes había que subir unas escaleras mecánicas, el primer día le daba miedo porque era algo nuevo para ella y la subimos en brazos, pero poco a poco consiguió vencer el miedo y cuando subía solita se ponía muy contenta porque lo había conseguido, incluso un día que estaban estropeadas las escaleras se subió y se paró esperando a que subieran…