Revista Diario

Las whatsapps Yayas

Publicado el 22 abril 2015 por Rubén Rubén García Codosero @RCodosero

Se abre la sesión, el gran comendador de la orden con su rostro cubierto por una capucha blanca inicia la gran asamblea de la orden. En la gran pantalla empieza a sucederse escenas. El sobrino del comendador tomando tarda, las flores del jardín del comendador, la torre de Pisa y el gran comendador haciendo que la sujeta. Cada instantánea es aplaudida y comentada. “Que niño más guapo”, “Que preciosidad de flores”, “Que idea tan original, yo no la hubiera tenido”. A todo esto un atónito cristalero que limpia las ventanas de la orden, sale sin despedirse por la puerta de la sala. El grupo atónito le critica, “pues si no le gustan las flores ¿Porqué entra” “Odiará Italia” y otro sin fin de comentarios, hasta que a la siguiente fotografía “El desayuno con churros del gran comendador” aparece en escena.

Pero por Dios, ¿Es esto lo que se ha convertido tu whattsapp? ¿Un grupo de chismosas o chismosos que se sienten la santa orden de San Patricio? ¿Te añadieron preguntándote o te estabas en tus tareas y te has encontrado de repente en un gallinero?

Si te uniste tú sabrás tus motivos, tu razón profesional, moral o estratégica. Pero si te han añadido sin tu consentimiento, un grupo de cuñaos, desocupadas o amigos aburridos mal lo vas a llevar, sobre todo si tu no eres cuñado, desocupada o aburrida.

Las redes sociales son como la vida misma, nunca te irías a un bingo con chismosas a no ser que seas ludópata de la crítica y una persona solitaria. Las normas de cortesía y convivencia del mundo real se aplican exactamente igual al mundo digital. Por mucho que una pantalla proteja tu intimidad, ya estés con los rulos puestos, o con tu camiseta de tirantes del gimnasio, hay normas de convivencia.

Cotilleo en redes sociales

Estas normas existen para que disfrutes de tu vida y de tu libertad. No tengas reparos de abandonar grupos o dejar de seguir a gente que no te aporta nada. Recuerda todos los amigos que tenías de pequeño y con quienes jugabas. ¿Cuántos te quedan ahora? ¿Cuántos forman parte de tu vida? ¿Cuántos te aportan felicidad?

Pues en el whattsappmundo lo mismo. Compañeros de oficina cansinos, marujas desorejadas que tienen gastada la mirilla de la puerta, grupos de colegas o amigas que solo te pasan fotos que la verdad, entre tú y yo, te importan un carajo.

Ejerce tú libertad a ser feliz, deja de seguir a quién te inoportuna tu tranquilidad y felicidad. Haz como en el mundo real, ¿A quién quieres tener a tu lado? ¿Quién te aporta? ¿Quién te transmite felicidad al verte?

Pues lo dicho, fuera del ámbito profesional, grupitos sociales con los dedos de una mano, o como se diría ahora, con los botones contados de tú teléfono (Táctil o no)


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