El humo del caféejecuta una danza indiferenteajena al fríocomo un velo impúdicoque abandonó su bailarinay viaja y vuelay ejecuta su intrigamientras decidosi me fumo un cigarrilloo le busco sentido a mi vidao me desnudo paraacompañar el baileque propone mi imaginacióninquieta de frío y ganas La mesa sin cocinalas sábanas aun húmedasla boca deseando besary mis manos vacías ahoraañoran tu menudo cuerpoquizá por eso mis pies bailany mi mente te armacomo un rompecabezas infinitodel que siempre faltarán piezasmis labios se curvanquizá una sonrisaporque apareces de prontoy como siempreapareces casi como una lluviadeseada e inoportunapara llevarme a tu recuerdoa tu deseo, a tu luzque hace música y danzade todo este silencio Nunca lo entenderástienes demasiado orgullotus heridas aun no son cicatriceshablas de amortan solo un sustantivouna mera palabraque no atiende la inasible bellezade un instante, de una miradade dos labios moviéndoseesperando una cariciade una voz lamiendo el deseode una oreja carnalde unas manos huérfanasde tanta piel
si, es cierto, la mesa sin cocinala cama tan fríalos labios sin besoslos cuerpos tan huecos