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Layla: de la tradición árabe a la guitarra de Clapton

Publicado el 02 enero 2014 por Jazmín Romero @jaz_de_ro
¿Quién no se ha conmovido al escuchar el tema Layla de Eric Clapton? Aún si no se entiende la letra, con sólo percibir la melodía uno puede sentir la intensidad que transmite la canción. Y no es para menos, si buscamos la historia de su composición.

El tema nació a partir del amor no correspondido de Clapton hacia Pattie Boyd, la esposa en aquél momento de su amigo George Harrison. Y el nombre Layla provino de "La historia de Layla y Majnun" (ليلى والمجنون), del poeta clásico persa Nizami. 

Los orígenes de la historia de Layla y Majnún se remontan a las tradiciones populares de los desiertos árabes. Según la leyenda, hacia el siglo VIII, vivió en Arabia un poeta beduino llamado Qais o Keis que dio fama con sus versos enamorados a una hermosa joven llamada Layla. La obcecación de sus amores y sus correspondientes desventuras -por la oposición de sus familias, ambas rivales- le valieron el sobrenombre de Majnún, que significa loco o poseso.


Bajo la influencia persa, la leyenda de Layla y Majnún inspiró numerosas versiones a través del mundo musulmán llegando hasta Occidente. Y así fue como un amigo de Eric Clapton le relató la historia. Si comparamos la letra de la canción con parte de la historia general, hay coincidencias. La verdad es que la canción es preciosa, en particular la parte de los minutos finales es mi preferida ya que transmite una sensación muy fuerte de tristeza y anhelo. Luego de esto, la historia de Patty y Eric toma otro rumbo, pero si nos quedamos con la canción es algo muy bonito.

Lo interesante es leer también la historia original, me gustaría conseguirla así que voy a empezar a recorrer las librerías a ver si la encuentro. Por ahora, dejo un primer fragmento del libro:
El lamento de Majnún

Layla: de la tradición árabe a la guitarra de Clapton(Fuente http://azvins.tumblr.com)
Soy tuyo, por muy lejos que estés de mí
Tu pena, cuando sufres, me da pesar a mí.
No hay soplo de viento que no me traiga tu perfume.
No hay pájaro canoro que no pronuncie tu nombre.
Cada recuerdo que ha dejado su huella en mí permanece enteramente, como si fuera parte de mí.
No te demores, no sea que me encuentres muerto.
Atrapada por el lobo, la oveja oye demasiado tarde cómo la flauta del pastor llora por su cruel destino.
Abrasándome de sed, busco en vano en el cielo la nube que traiga la salvadora lluvia.
Me atormentas cruelmente, pero mientras viva tu belleza me hace amarte y perdonar.
Yo soy el candil, tú eres el sol; tu poder triunfa de mi luz declinante.
El fuego tiene envidia del resplandor de tus ojos; los tulipanes y las rosas se marchitan al verte.
¿Separarnos? ¡Nunca! De rodillas te profeso amor y devoción, fiel hasta la muerte.
Atormentado, soporto tus golpes con resignación; tuya, si muero, será la sangre que corra.
¿Quién soy yo, tan lejos de ti y sin embargo tan cerca?
Un mendigo que canta. Layla, ¿me oyes?
Libre del trabajo arduo de la vida, mi soledad mi pena y mi aflicción son para mí felicidad.
Y, sediento, en la corriente del dolor me ahogo.
Hijo del sol, padezco hambre por la noche.
Aunque separadas, nuestras dos almas amantes se unen, pues la mía es toda tuya y la tuya es mía.
Dos enigmas somos para el mundo, uno responde al hondo lamento del otro.
Pero, si nuestra separación nos divide en dos, una luz radiante nos envuelve en común, como procedentes de otro mundo.
Lo que allí es uno, aquí está separado.
No obstante, si bien los cuerpos se separan, las almas libremente vagan y se comunican.
Yo viviré para siempre: compartiendo tu vida por toda la eternidad, yo viviré si tú permaneces contigo.

Precioso, ¿no? Para terminar dejo el video del tema de Clapton. Me encanta, podría escucharlo miles de veces, je. 

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