Permanecemos así durante un tiempo, sin pestañear,sin apartarnos. Una mirada áspera, cargada y para nada vacía. Agacho mi cara, la salpico de agua y vuelvo a mirarme.Nada ha cambiado. Sigo con los mismos ojos marrones llenos de sentimientos. Me adentro en mis ojos, veo oscuridad, tristeza, llanto y personas. Muchas personas. Me veo a mí junto a ellas. Las personas me miran , ríen , cuchichean. Una de ellas me acerca un espejo y mis profundos ojos color castaño me invaden, atrayéndome otra vez. Veo arrugas, veo ojeras, Veo cansancio. Dolor.Las personas a mi alrededor me miran. Ya no cuchichean , ya no ríen, ni siquiera hablan. Noto como ellas también envejecen, comienzan a eencorvarse, arrugrase y pierden fuerzas. Ahora soy yo la que las miro a ellas. Sus ojos apagan su llama mientras que los míos avivan su chispa. Un estruendo me saca del trance y un repentino dolor de cabeza aflora mi mente.
El cristal enfrente mío está roto, y en cada fragmento aparecen mis ojos. Sonrío por primera vez en años al espejo. Tiro las lentillas de colores, las pastillas, los incómodos corsés y aquellos libros que compré una vez de dietética. Quizás no sea demasiado tarde para volver a desayurname la vida como es debido.LE MIROIR

