- Oh, mi majestad, la fiesta es de aquí una hora, ¿Aún no se ha vestido?
- No, mi vasallo, aún no me trajo el traje.
- Perdone mi majestad, pero sí que traje el traje, hace como dos horas, y se lo di al paje.
- Mi vasallo, a mi el paje no me dio ningún traje.
- No lo entiendo majestad, juro por mi padre que traje el traje y se lo di al paje.
- Mi vasallo, aquí no ha venido ningún paje a traer el traje. ¡Que venga el paje!
- Señor, soy el paje. ¿Qué sucede?
- Paje, me dice mi vasallo que usted tiene mi traje.
- Exacto, señor paje, yo le di el traje hace dos horas, ¿No se lo dio a su majestad?
- Mi majestad, efectivamente, su vasallo me trajo el traje hace dos horas y poco después se lo traje.
- No puede ser paje, aquí no hay ningún traje.
- Me temo mi majestad que sí que se lo traje, era de color azul, como de encaje.
- Pues alguien ha robado el traje, ¡Sabotaje!
- Mi majestad, no se enoje, no se altere, y espere. Seguro que encontramos el traje antes de que empiece la fiesta de su homenaje.
- Pues si en unos minutos no encuentran el traje, os envío de viaje, vasallo y paje.