Te leí por mares de ajados destinos
por primaveras
de leviatanes y leyendas;anduve por tu entidad entera
marcando léxico y diccionarios,
medulas, raíces,
con faltas de ortografía,
en mitad de la Historia
sin sinónimos
ni antónimos,
cono sin puntos suspensivos…
o sucesivos,
desarropando tu saviacuya resina
desperdigada
iba a morir
en la comisura de mis labios.
Fui leyéndote en cada poro,
en cada tosco suspiro.
Te recorrí por las
disolutas exclamaciones
de tu boca.
Y por tu sexo fui aplicando
las reglas
de mi gramática
alterando tu sintaxis
amasijo de verbos y sujetos,
tachando, borrando, subrayando
preposiciones, proposiciones
de espacio,
de tiempo,
de modo,
y...
(copulativa-mente)
sin maneras.
Y así,
difuminados
en un universo de fonemas,
ya sin reglas,
desprovistos de comas
el sentido desparramaba
tu semen por las páginas
de los libros
en la escritura eterna
ya imborrable
de mi cuerpo.