Lecturitas comentadas

Publicado el 14 junio 2013 por Javier Montenegro Naranjo @nobodyhaveit

Con esto abro una sección por acá para comentar algunos lecturitas que me parecen interesantes, el nombre iba a ser otros, pero el Charly ya se robó el título con su blog Leyendo Periódicos Viejos.

Imagen tomada de internet

En la National Geographic España de octubre del 2012 hay un artículo sobre la venta ilegal de marfil. No me enteré por ahí de todas las matanzas de los elefantes ni mucho menos, pero sí de las hipocresías de muchas sociedades protectoras, del gobierno chino, y otras aventuras relacionadas con los valiosos colmillos, todo gracias a un buen trabajo periodístico, una investigación de varios meses, en otras palabras, un terreno desconocido en Cuba.

El artículo se mueve por muchísimas aristas, ofrece una cantidad abrumadora de datos y se refiere al problema sin pelos en la lengua (aunque no dudo cierto proteccionismo al país que alberga a la National Geogrpahic Society). Quien escribe (Bryan Christy) coloca a Asia como el gran villano de la cacería furtiva de elefantes y a la religión como una de las principales causantes. “El marfil honra a Dios”. Importantes sacerdotes filipinos, el gobierno chino jugando cartas sucias en la liberación de la venta del marfil, los japoneses haciendo lo suyo, todo muy interesante, y uno aquí desconociendo el día a día de nuestra realidad.

Pero no es solo la cuestión del tema, la construcción del artículo también es espectacular; para uno leerse diez cuartillas de asesinatos de animales, confabulaciones gubernamentales, especulaciones financieras y demás, es imprescindible una buena pluma y mejores fotos. En nuestro caso, el azul y el rojo no han logrado esto con mucha frecuencia, y las revistas con mayor número de tiradas tampoco; cuando lo han hecho, es para defender a una anciana de cincuenta y tantos años.

Pero la principal diferencia está en la gran cantidad de fuentes consultadas. Por algún motivo desconocido, aquí las voces oficiales se consideran con la autoridad de guiar al periodista. Están en su derecho de callar y no dar una información, pero el reportero de turno no puede mencionar el silencio de una institución porque al instante los perros le caen encima; es inconcebible para nosotros citar a un dirigente sobre un tema escabroso porque él aludirá que eso fue fuera de grabación o el periodista no estaba autorizada o decirlo. Después de leerme este artículo, me entraron serias dudas sobre los límites que debemos emplear (o no) cuando citamos a nuestros interlocutores.

Al final, el artículo desmenuza el problema (al menos a mí me deja conforme) y construye toda una historia cíclica que termina refiriéndose al primer párrafo del trabajo. No lo vean como un deslumbramiento, llevo años leyendo estas revistas de bordes amarillo y cada día me jode más la diferencia colosal de nuestros medios con cualquier otro del mundo. Ni escribimos bien (y quien lo haga, se mantiene en las sombras), ni somos capaces de construir una historia interesante, ni de abordar un problema real, ni de dar una noticia con la bendita objetividad a la que siempre nos referimos.


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