Legumbres en tiempos revueltos

Publicado el 28 febrero 2013 por Alimenta Acción @AlimentaAccion
Ahora que estos días estamos inmersos en plena ola de frío polar, ¿quién puede resistirse a un suculento plato de legumbres?. Pues parece que un elevado número de personas en nuestro país no se pueden resistir, ya que según datos del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (MAGRAMA), el consumo de legumbres en España gira en torno a las 146.000 toneladas, cifra que se ha repetido durante los últimos tres años.

Fuente: Estudiomaravillas.com


Una de las consecuencias de la crisis económica en la que estamos envueltos, es el aumento del consumo de legumbres, que ganan peso sobre otros productos más sofisticados en tiempos de "vacas flacas", de ahí que hayan recibido el nombre de "carne del pobre". Las legumbres son uno de los platos fundamentales de la Dieta Mediterránea desde hace siglos, y tomándonos 2-3 raciones por semana, estaremos contribuyendo a una alimentación equilibrada y variada.
Las legumbres y la Dieta Mediterránea
 Conocemos como legumbres a aquellas semillas contenidas dentro de la vaina de las plantas de la familia de las leguminosas (Fabaceae). Dentro de las principales legumbres para consumo humano podemos citar guisantes, judías, habas, garbanzos y lentejas. Desde el punto de vista nutricional son alimentos muy nutritivos dado su contenido en proteínas, hidratos de carbono, fibra alimentaria, minerales y vitaminas, también destacan por la escasa presencia de grasas. ¿Cómo conseguiremos una dieta completa y equilibrada?. La Dieta Mediterránea -no olvidemos que es Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad desde hace más de dos años- aconseja el consumo de legumbres de temporada acompañadas de frutas, verduras y frutos secos. Debido al elevado contenido de antioxidantes y fibra,  pueden contribuir a la prevención de enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer. 

Fuente: Nutricionyalimentos.com


Un poco de historia

Según la especie de que se trate, las legumbres pueden proceder de distintos orígenes: América Precolombina, Asia o Mesopotamia, llegando a acoplarse perfectamente a la agricultura mediterránea independientemente de su origen.
Hay que destacar que las leguminosas, junto con los cereales, fueron las primeras plantas cultivadas por el hombre. Hace unos diez mil años en la zona del Cercano Oriente, existía una asociación entre ciertas semillas como el trigo, cebada, lenteja, y guisantes y los asentamientos humanos, que era un indicativo de una recolección preferencial: primer paso hacia el nacimiento de la agricultura. Los restos fósiles de semillas de trigo, cebada, lentejas y guisantes de hace ocho mil años indican que ya se encontraban domesticadas por el ser humano, domesticación que alcanza a las habas en el cuarto milenio antes de Cristo. Las leguminosas también aparecen pronto en la agricultura del Nuevo Mundo (4.000 antes de Cristo), precediendo en casi mil años al maíz.
La judía, cultivada en toda América desde tiempos remotos, se trajo de América a Europa en el siglo XVI, constituyendo al principio un lujo extraordinario, accesible sólo a la mesa de los ricos.
Desde el cultivo de lentejas y garbanzos en la civilización egipcia y con la incorporación después de las alubias blancas y rojas que llegaron procedentes del Nuevo Mundo, se instauraron en las comidas y guisos  en la Dieta Mediterránea.
Y ahora, si me perdonáis, me está esperando un plato calentito de judías...
 

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