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Leiva: 35 minutos antes del concierto

Publicado el 23 diciembre 2009 por Fran_desesperado


pereza

Siempre he intentado no tener prejuicios en la música. Escuchar las canciones sin fijarme en quien las hace. No prestar atención a sus caras, a sus gestos, o a sus posturas. Pero a veces resulta inevitable. La primera vez que vi a Leiva me di cuenta que era una persona con un carisma espectacular. No era tan lanzado como aparenta ahora. Aunque ya tenía alguna de esas posturas que tanto irritan a algunos. Aparentemente puede parecer un tipo chulo, extrovertido. De esos que parecen que se atreven a todo. Pero creo que no hay nada de eso. La verdad es que no lo conozco en persona, pero me da la sensación de que es bastante tímido, incluso más que su compañero Rubén. Observo sus gestos en las entrevistas. Siempre se está tocando algo. Tiene mucha manía a tocarse un brazo mientras habla, acariciarse la barba, o tocarse la cara constantemente. Su balanceo en los hombros para ayudarse a hablar delata a una persona impulsiva, pasional y tremendamente expresiva.

Leiva es un tío obsesivo. Lo noto. Creo que tiene muchos miedos consigo mismo. Pero también noto que le gusta superarse. Le gusta sentirse aceptado, querido. Estar encima del escenario y que le reconozcan por algo de lo que es bueno. Ganar confianza. Creo que incluso es para él algo adictivo. Siempre quiere tocar más. Siempre quiere subirse al escenario. Colaborar con quien sea y aparecer en todos los conciertos que le sean posible.

Está obsesionado con la música. Echa un montón de horas en escucharlo todo. En cada artista intenta aprender más. Colecciona todas las publicaciones musicales. Le encanta hablar de música. Su casa parece un museo, llena de objetos míticos. Es todo un melómano.

Pero Leiva es así. Un tío que lleva mil medicinas siempre consigo mismo, buscando un por si acaso. Un tío que estoy segurísimo de que ha vomitado más de una vez antes de salir a algún concierto. Nervioso, inseguro, obsesivo. Pero que cuando está encima del escenario te da la sensación que es un vacilón que se cree el puto amo. Y eso, a veces, irrita.

"Quedan 35 minutos para el show, estoy nervioso, está lleno de gente. Cuando hay tanta gente, eh… Media hora antes del show hay mucha gente, pero no hay nadie para mí. Yo estoy acojonado, no escucho a nadie, estoy muy nervioso, nadie me dice ninguna palabra que me llegue a tranquilizar. Entonces doy vueltas, escribo un mensaje a alguien, a mi chica o a mi amigo Jesús, o me tomo un cubata, me duelen tres o cuatro cosas en ese proceso; pienso que no pasa nada, que pim pam pum no sé cuantos, y en medio de esa paranoia, llega Jorge, el road manager, y dice: "Leiva salimos". Cuando vamos a salir esos cinco minutos antes de salir, me encantaría suspender el concierto, pero… no se puede suspender.
Total que salgo, y en cuanto piso el puto escenario todo se va, se van los dolores, se van las tristezas. Viene mi sangre, mi forma de ser, siento que ahí es donde estoy bien, el único sitio donde no tengo dolores y no tengo que tomar toda esta mierda, el único sitio donde no pienso en cosas malas y estoy de puta madre. Disfruto y realmente llego a la conclusión de que lo que más me gusta en este mundo es hacer música y hacer canciones y… ya está"


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