“Nadie se va a vivir a Chile por su propio gusto” dijo el conductor de Uber.
“Nadie va a Chile tras su propia sombra” le respondí.
Sobrevino el silencio y los espacios oscuros de 10 de julio.
Si alguien habla de vacíos cómo se habla de esa conversación de vacíos?
Cómo olía la habitación en que trabajaba Schubert sus sonatas
rosas, sudor, el agrio vital de la ropa, orines
Decían la palabra vigor y me daba nausea, me desmayaba—es una cuestión de masculinidad decía
el profesor de educación física
Yo miraba largamente, crecían mis ojos mientras miraba
La lujuria del Invierno contra su cuerpo oscuro
Y dónde fue que lo vi y no lo compré (el libro de Kamenszaín)?
Ella recostada en el jardín o en el garaje convertido en serena terraza
El frío o la lejanía de los Salmos,
Silvia la de Shakespeare--“en el jugo del mar” -- cargaba con poemas de Juana de Ibarbourou
Un verso: “y toda abierta de par en par”
Esto se mezclaba en adolescencia con revistas pornográficas de mujeres con sexos pelirrojos
Donde no pude comprarlo / cuándo
“Nadie se va a Chile en este tipo de noche ocre”.
El del Uber quería saber por qué