Fue una gran sorpresa, algo que no esperábamos. No habíamos imaginado encontrarnos con algo así, pero poco a poco fue llegando y todo a nuestro alrededor fue cambiando poco a poco.
Los cerros se encendieron. El otoño llegó y todo se llenó de magia. De tonos rojos, naranjas, amarillos. Fueron sólo unas semanas y nos tiñeron los ojos de imágenes nuevas y hermosas.
A veces, como en un atardecer en la playa, se siente la intensidad de último rayo, de la hora mágica. Diremos entonces que el otoño en Bariloche es la temporada mágica.