Letargo

Una mujer apareció violada y asesinada. Rápidamente se pusieron en el fuerte a buscar al culpable, y no lo encontraron, pero sí que hallaron el chivo expiatorio, un sargento, que huido y capturado, debía ser el culpable de semejante brutalidad. Este sargento, era negro, y recién terminada la Guerra de Secesión, no era todavía el momento de cosechar los frutos maduros de la igualdad, no importando que era el susodicho un héroe de guerra y magnífico soldado. Las pruebas aparecían acusadoras empecinadamente contra él, y el verdugo ya estaba haciendo el nudo corredizo a la soga. Sólo el tiempo (y una adecuada defensa) hizo que apareciese el verdadero culpable, dejando libre al sargento negro.
Y digo todo esto porque no importa en absoluto lo que Hamilton pueda decir en su defensa tras lo ocurrido en el Gran Premio de Mónaco 2011, ya que está condenado de antemano, con todas las pruebas acusándole y con la opinión pública contraria a él, con deseos de linchamiento de algunos compañeros de oficio inclusive.
El color de la piel es anécdota en estos tiempos que corren, y como tal lo soltó Hamilton tras la carrera, cuando se refirió a unos jueces injustos que veían en él a un negro. No, esto se ha sacado de quicio, y todos hemos bromeado alguna vez con chistes en que los negros eran peor parados. Pero la defensa de Hamilton exponía que lo que él hacía era correr en carreras de coches, y cuando se ve un hueco, si tira a él, porque eso es lo que desea el público, que es quien le paga.
El adelantamiento de Schumacher al mismo Hamilton llenaba de asombro a todos, porque se produjo en un lugar donde no era posible… ¿y no será que Hamilton es bastante más cabal que Massa y Maldonado? ¿y no será que Hamilton vio que si cerraba la puerta a Schumacher, éste no podría evitar el choque y terminaría la carrera para ambos?
Pero hay un par de llorones, Maldonado y Massa, que se quejan amargamente de su propia mediocridad, y culpan a Hamilton de un accidente que en realidad provocaron ellos mismos, incapaces de ver la transcendencia de chocar con su coche a otro monoplaza ¡yo le cierro porque voy primero! Pues ahí están las consecuencias, con los dos fuera de carrera.
Si Hamilton hubiese entrado pasado en ambos adelantamientos y hubiese arrollado a Massa y Maldonado, la sanción sería justa, pero este no es el caso, pues se puede decir que ambos pilotos golpearon a Hamilton, que circulaba por el interior de la curva, realizando ambos (Massa y Maldonado) una maniobra que trataba de evitar a lo bruto el adelantamiento que ya estaba prácticamente fraguado.
Es decir, que Maldonado y Massa golpearon deliberadamente a Lewis Hamilton.
Incómodo planteamiento ¿verdad? Solo cambien al sargento negro de la película y pongan a un oficial blanco, héroe de guerra, guapo y cien veces condecorado ¿a que la predisposición del tribunal sería otra? Y ahora, sustituyan a Hamilton y pongan a Schumacher ¿a que es todavía peor el trato que recibirá el alemán? Y si ya cambiamos a Hamilton por Alonso ni se podría discutir su inocencia… ¡Massa y Maldonado culpables!