Ser y estar son dos verbos que a veces se hacen los difíciles. O tal vez, a nosotras nos sea
difíciles, de vez en cuando, ser y estar…Andaba meditando en eso y en un nuevo
nombre para una sección en una revista virtual cuando se me ocurrió convocar,
a amigas, conocidas, amigos, conocidos o conocidos y amigos de conocidos y amigos
en común en el face, a qué me respondan, ¿cómo somos las mujeres? Y fue más o menos
así la invitación: con respeto y sin repetir pero sin soplar – a lo antiguo Feliz Domingo, con
Soldán – cómo somos las mujeres…
Los primeros menos tímidos y más valientes fueron los hombres y
después las mujeres, un poco más reacias a definirse
y esto es lo que más o menos quedó:
Las mujeres son como el té: no hacen ni bien ni mal…Primer valiente que se animó
Mágicamente impredecibles -eso me encantó; a mi me significa que al menos nunca
somos aburridas…
mononas
multifacéticas
algunas casi brillantes
desenfrenadas
Lo Maximo, se atrevió una mujer y me parece que quedó bárbaro…
Necesarias, pero a veces difíciles de entender
Payasas
alocadas
emotivas
difícil de entender
despistadas
tercas
protestonas – la cantidad de protestas y la graduación de protesta, varía de mujer en mujer
A veces un poco ángeles otras veces un poco brujas; pero no tanto…
poseedoras de un sexto sentido
maternales
deliciosamente contradictorias – se animó alguien y me provocó una sonrisa de
asentimiento-
Las mujeres han sido hechas para ser amadas, no para ser comprendidas.
UNA MACHISTA: “Si la mujer fuese tan buena, Dios hubiera tenido una”….naaaAaaaaaaaaajajajajajaja!!!!!
La mujer es ¿a ver? mmmmm, como lo digo, estemmm,… estoy pensando…., mmmm más mmmmmm, y bueno, ya lo tengo!!! la mujer es como….., ¿a ver??, debe ser la palabra justa y ¡¡¡la estoy buscando!!! esteeee….mmmmm…..¿como era la pregunta?? – de otro valiente
Y el último post, el que motivó compartirlo en el blog, fue este que me conmovió:
y al que adhiero plenamente: somos como somos, ni malas ni buenas, ni torpez ni vivas,
somos como somos.puro sentimientos,a unque no lo crean. Porque entre la autocritica
y la autoestima que aprendemos auto didacticamente, porque muy pocas madres nos
enseñan autoestima, creo que el descubrirse día a día ante una misma y después ante
los demás, esta la cuestión y al asumirnos, descubiertas, podemos compartir plenamente
entre nosotras, desde cada uno de nuestros roles y elecciones y con el sexo opuesto
desde una manera más plena y no sé, si tal vez, ese no será el primer paso de una ruta
que tal vez por momentos más cortos o más largos nos acerque a la felicidad.