Róisíncomenzó a caminar por la playa como le indicó su madre. Sin preguntas. Sin torcer el gesto. La luna estaba unida a su causa. Primero, cubriendo el cielo para silenciar su huída y, ahora, alumbrando su nueva senda. La chalana zarpó muda al adentrarse en la mar. Ennis el Joven remendaba su red, cuando observó la diminuta figura de largos cabellos dirigiéndose hacia la cabaña. Llamó a gritos al padre. El viejo Ennis apagó la vela con los dedos, siguiendo el ritual, y ambos salieron a su encuentro. El bello rostro y esa marca en forma de luna del cuello eran el sello de su estirpe…
Mi participación en ENTC, mes de mayo. Tema "En la isla de las mujeres"
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