Según la computadora de la Viento Solar, la avería era demasiado grave para ser reparada en vuelo. Con fría amabilidad, desplegó un holomapa que incluía varias localizaciones «válidas» desde un punto de vista técnico. No era así como las veían Irina y Wiener. La mayoría de aquellos lugares estarían controlados, casi con toda seguridad, por personal de la Compañía. En cuanto pusieran un pie en alguno de ellos serían apresados, encerrados y la llave arrojada al agujero negro más próximo. Eso si contaban con fortuna. Sin ella, los empaquetarían y despacharían rumbo a la Tierra, un destino menos halagüeño todavía.
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