El otro día (hace unas noches), en un debate televisado, se discutía sobre la libertad de expresión de los artistas a propósito del contenido de la actuación de unos titiriteros en Madrid: en ese espectáculo carnavalesco se enalteció el terrorismo y sufrieron escarnio los derechos fundamentales y las libertades públicas ante niños y niñas. Y mucho me extrañó, dada la sesuda condición de los opinantes, curtidos en mil batallas dialécticas además, que, todos de acuerdo en el fondo del asunto, un disparate esa representación (tanto para infantes como para personas más talludas), no mencionaran en ningún momento (o no quisieran mencionar, vete tú a saber con gentes tan inteligentes) la palabra libertinaje (entendido como desenfreno malintencionado o rencoroso o violento y, cuando menos, de zafia creatividad) y se dedicaran a algo así como a buscar respuestas a la pregunta ¿Era Cristo, o no lo era, dueño de las ropas que llevaba? (planteada por un monje en El nombre de la rosa, de Umberto Eco y Jean-Jacques Annaud) cuando intentaban establecer los posibles límites para esa libertad.
Lo que yo me pregunto ahora es por qué diablos estoy escribiendo sobre la libertad y el libertinaje entendido de un modo u otro.
-Por el título de la entrada.
-Ah, sí. Gracias, Rogelio. Por el título, claro. ¿Sabrás, por un casual, por qué le he puesto ese título?
-Por lo del reconocimiento y por lo que le prometiste a la de los duendes y las magias celtas.
-Ya me acuerdo, sí. Por las normas o reglas que suelen ir de la mano de este tipo de reconocimientos de labores ajenas. Pues eso, ¡viva la libertad bien entendida y que cada cual haga lo que estime conveniente con las normas o reglas y con mi reconocimiento, lo mismo haré por mi parte!
-Excelente, jefe.
Porque la libertad...
-Frena, frena, no te embales, no te disperses de nuevo: cometer dos veces el mismo error ya no tendría excusa fiable. Al grano, jefe, al grano.
-Al grano voy, tienes razón.
Desde El Arca de Pin , donde están expuestos tantos tesoros artísticos, culturales, me llegó este regalo, este The Versatile Blogger
que yo, tras dar las gracias (gracias mil, Arca de Pin) y contar siete presuntas verdades sobre mi blog, entregaré a quince sitios web (descubiertos recientemente, todos ellos de gran calidad) sin orden alguno en mis preferencias por más que unos aparezcan al principio y otros al final pues no sé ponerlos de otra manera ni en vertical ni en horizontal ni en oblicuo.
Las supuestas verdades:
1/Este blog mira hacia atrás sin ira.
2/Sin ira mira este blog el presente.
3/Este blog mira, sin ira, hacia el futuro.
4/Es incierto el futuro de este blog (como todos los futuros, escrito sea de paso): cuando cumpla los catorce meses de existencia previstos, ya se verá si continúa navegando con las velas desplegadas o con ellas plegadas (medio inmóvil en el océano electrónico, lo más probable por ahora) o si, ausente el piloto, queda anclado en medio del olvido (que es la nada).
5/Este blog no es ni será original: a este blog sencillamente le gusta lo bueno.
6/A este blog le gusta el buen cine y la buena música.
7/A este blog le gusta la buena literatura.
Página de Miguel Vega Manrique jecallejosus (Jesús Callejo) Pensamientos del Artesano-Oye, jefe tarugo.
-Dime, zoquete secretario.
-Tú no obtenías buenas notas en matemáticas, ¿verdad?
-Sé contar, Rogelio, sé contar. Que parezca que no sé es asunto mío, como asunto tuyo es lo de ver ahora lo que te interesa y no ver nada de nada después.