El ser humano se queja de su limitada liberdad. Por naturaleza siempre quiere más. Pero quizá, el origen de esa naturaleza está precisamente, en que no lo tiene todo, no lo sabe todo.
El dilema no es la libertad, es la limitación de esta. Seguramente el ser humano no sería más feliz sin su libre albedrío. Seguramente ni sabría de, ni le importaría "la felicidad". Pero, ¿y con una libertad no limitada? ¿Qué haría con ella? ¿No se le caería de las manos como a un niño que coge algo que pesa demasiado? ¿Qué haríamos si fuéramos tan libres como para comprender la necedad de la materia por ejemplo? ¿O del tiempo?
¿Qué haríamos si supiéramos donde nos llevan todos los caminos? ¿Para qué recorrerlos? ¿No es uno de los caminos, "EL CAMINO", la vida misma? ¿Para qué recorrerla si sabemos dónde nos lleva?