Liga de mierda

Publicado el 31 octubre 2011 por Carlos Romero @CarlosRomeroSFC

Por Carlos Romero

¿Alguien dudaba que los dos grandes ricos del fútbol español se disputarían entre ellos el Campeonato Nacional del Liga?

Todavía suenan los ecos de periodistas a nivel nacional, o lo que es lo mismo, la prensa oficial madridista, despotricando sobre el adjetivo que le impuso José María del Nido a esta Liga desigual. A partir de ahora estarán más calladitos, en realidad se agarraban al Levante como si de un clavo ardiendo se tratase,  y es ahora cuando hay que desenmascarar a todos estos que arremetían contra el presidente sevillista.

Si para que algo sirva toda esta parafernalia, es para que en Europa se les pongan las orejas como lobos. Ganan y ganan y vuelven a ganar si remisión alguna. La alternancia de los próximos años donde tan solo estos dos se disputarán la Champions League, hace posible que determinados clubes europeos comiencen a elevar el tono de voz.

Un proceso de retroalimentación hace posible que al ser los clubes que copan los mejores futbolistas mundiales, al mismo tiempo tengan los mayores ingresos por merchandising, por número de seguidores, por audiencias televisivas, por medios afines, por poder mediático y un largo etc. ya no solo a nivel nacional, ni tan siquiera europeo, sino mundialmente. No hablamos ya del avance en el mapa del catetismo futbolístico español en ciudades, como Sevilla o Valencia,  donde tradicionalmente solo existen aficionados a los equipos locales y vemos cómo aumentan en las mismas los fans de los equipos grandes ricos.

Yo me siento orgulloso que haya tenido que ser el Sevilla FC el que inició esta batalla que algún día dará sus frutos. Un trabajo de fondo, como dice un amigo mío, que lenta, pero inexorablemente, disminuirá en parte lo que ya viene en considerarse un abuso en toda regla, una injusticia perpetrada con nocturnidad contra todos sus competidores.

Unos grandes ricos que al fichar a los mejores jugadores que despuntan en la Liga, no solo se refuerzan, sino que consiguen debilitar a sus rivales y todo con el poder del dinero de aquellos que hacen que se luzcan, porque, si no compiten contra el resto de los clubes ¿con quién lo harán? Por lo tanto el resto de los clubes deben ser parte importante del pastel, como así lo comprobamos en el resto de las ligas europeas, a excepción probablemente de la escocesa.

No obstante siempre fue así. Unos clubes, potenciados probablemente por su localización geográfica y lo que es más, por la representación política de trasfondo en ambos, arrasaron como Atila dejando las migajas a los demás cuando tuvieron “horas bajas”.

Es tiempo de cambios. En el fútbol también.

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