Si algo me ha quedado claro después de mi incursión en la filosofía oriental, es la liberación de mi necesidad de competir con el resto del mundo.
No me hace falta luchar contra el mundo, con intentar ser cada día mejor en aquellas cosas que quiero realizar me basta.
Este mes ha sido el último que me presento a un concurso de poesía después de haber quedado finalista.
A partir de ahora escribiré sin presiones, no me apetece estar contra el mundo también a la hora de escribir.
Mi espacio personal seguirá soportando mis pensamientos desordenados y caóticos.
Mi rinconcito de poesías y rimas seguirá creciendo día a día según mi creatividad.