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Lisboa, una ciudad de ensueño a orillas del Tajo

Publicado el 30 marzo 2012 por Sepelaci @Sepelaci
Lisboa, una ciudad de ensueño a orillas del Tajo Imagen: Web_3Puntocero
A orillas el Atlántico, en la desembocadura del río Tajo, se encuentra Lisboa, la capital de Portugal. Un destino turístico muy apreciado, que sin salir de la Península Ibérica nos transporta a otro país y a unas costumbres y cultura distinta a la española. Y todo, siendo como son ambos países vecinos y componentes de este trozo de tierra al sur de Europa.
A la ciudad se accede a través de dos puentes. El más conocido es el Puente 25 de Abril, un puente colgante muy conocido gracias a la publicidad de una conocida marca de seguros, que parte muy cerca del Mirador de Cristo Rey.
Mucha gente no lo sabe, pero en Lisboa se yergue una réplica del Cristo Redentor de Brasil, levantada en 1959 y que hoy se puede visitar. Recibe numerosas visitas de peregrinos y turistas, que no olvidan subir hasta el mirador para recrearse con las vistas de la ciudad.
El otro puente es el Vasco de Gama, que conecta la ciudad de Montijo con la zona donde se instaló la Exposición Universal de 1998. Una zona mucho más moderna, con centros comerciales y las instalaciones que quedaron en la ciudad tras la Expo, reconvertidas para el uso de los lisboetas y turistas.
Para moverse por la ciudad, se puede tomar cualquiera de las cinco líneas de tranvías, un transporte tradicional en la ciudad, que recorre el casco antiguo. Hay también una línea turística, más cara pero también más confortable, que recorre los principales puntos de interés. En esta, una locución cuenta en varios idiomas qué es cada uno de los monumentos o lugares a visitar. 
Cuatro de estas líneas regulares de tranvías tienen coches tradicionales, y la quinta, que lleva hasta el Monasterio de los Jerónimos, donde también se pueden visitar la Torre de Belem y el monumento a los Descubrimientos.
La ciudad presenta varios desniveles considerables entre sus calles, y para salvarlos, existen tres elevadores que conectan la parte inferior con las calles superiores. Son básicamente funiculares, que resultan muy útiles, además de ser visualmente muy atractivos, con el color amarillo propio de las líneas de tranvías de Lisboa.
El cuarto es un ascensor, el Elevador de Santa Justa, que une en vertical La Baixa con el Barrio Alto. Se construyó en 1902, y su aspecto es muy similar al de la Torre Eiffel. Esto se debe a que el arquitecto Raoul Mesnier de Ponsard, quien lo diseñó, fue seguidor del francés famoso por su Torre.
Como curiosidad, hay que comentar que para subir admite 20 personas, pero solo 15 para bajar, y que en su cúspide hay una cafetería donde poder disfrutar unas magníficas vistas de la Praça de Dom Pedro IV.
Lisboa, una ciudad de ensueño a orillas del Tajo

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