De acuerdo, la verdad es que algunas veces no puedo controlar mi enérgica habla interior. Y no puedo evitar que esa habla interior tan rápida como el rayo, se detenga. Echo mano de todas mis estrategias y técnicas de respiración para centrarme, pero si estoy excesivamente cansada o sin energía, no me puedo concentrar. Entonces, voy a mi juego de herramientas llamado "técnicas de distracción". Éstas son capaces de alejar mi mente de mí misma y ponerla en cualquier otra cosa. He descubierto que una técnica específica como la lectura funciona muy bien en una ocasión pero puede que no lo haga en la siguiente. Al principio, debido a que todavía no era lo suficiente buena con las técnicas de respiración y centrándome más en mí misma, utilizaba más a menudo las técnica de distracción. Todavía no tenía la suficiente práctica como para respirar diafragmáticamente con facilidad y rapidez, ya que todavía no la había interiorizado como hábito.Durante los primeros años de mi trastorno de pánico, guardaba una lista con posibles distracciones a utilizar en determinado momento. Incluía cartas pendientes, material a leer, búsquedas por Internet, películas o programas grabados de la televisión, caminatas, nadar u otras actividades.Cuando estaba acelerada o me estaba poniendo nerviosa o con sensación de pánico, consultaba mi lista y siempre encontraba alguna actividad que pudiera ser útil en aquel momento.En la actualidad no necesito hacer una lista, pero esto no significa que no emplee técnicas de distracción: las sigo utilizando. Por ejemplo cuando siento que pueden constituir una ayuda adicional o cuando la situación no conduce a técnicas de respiración o bien a centrarme en mí misma. Y sólo uso aquellas con las que pueda disfrutar._______________________________________________________________________
Superar la ansiedad y el pánico. 121 consejos
Linda Manassee Buell (Colorado, octubre de 1954)
Aquí está la verdadera medicina: amor, aceptación y claras indicaciones sobre cómo hacer para que los días sean menos largos y penosos. Los trastornos de ansiedad y los ataques de pánico le pueden ocurrir a cualquiera: no son trastornos selectivos y todos podemos sufrirlos en algún momento de nuestras vidas. Los síntomas de la ansiedad y del pánico son muy variados: sudores, palpitaciones, dolor de cabeza, fatiga, desvanecimientos, miedos irracionales, alteraciones del sueño, irritabilidad, etc. Los trastornos de ansiedad afectan actualmente a más personas que la epilepsia, el virus VIH o los ataques al corazón. En el presente libro la autora nos ofrece 121 consejos prácticos basados en su propia experiencia para ayudarnos a tratar de una manera eficaz la ansiedad y el pánico. Linda Manassee Buell combina la experiencia personal, el sentido común y abundantes herramientas y técnicas fáciles de utilizar para que las personas con trastorno de pánico se ayuden a sí mismas. También ofrece una buena gama de recursos para la autoayuda y una excelente orientación en el tratamiento.