Literatura vial

Publicado el 01 diciembre 2009 por Mcaellas

Me cuenta un amigo que el otro día salvó a una abuelita del atropello inminente por un autobús. Parece ser que la señora se entretuvo leyendo estos avisos que desde hace un tiempo acompañan a los pasos de cebra. Está demostrado, la lectura es peligrosa. Sobre todo la lectura de literatura vial, un nuevo género literario que se ha inventado el Ayuntamiento de Carcelona. Para que luego digan que no se invierte en cultura. ¡Atención! ¡todos somos peatones! nos explica el autor anónimo de estas líneas, en un encomiable intento de haiku urbano. Imagino que esta campaña se ha perpetrado después de la lectura atenta de alguno de los múltiples informes encargados a dedo por nuestro querido Ayuntamiento, por los que ha pagado no sé cuantos millones de euros. Son informes de temas tan apasionantes y trascendentales para la buena marcha de la ciudad como aves barcelonesas extraviadas que aparecen en la provincia de Castellón, el consumo de agua en sedes de El Corte Inglés u homosexuales que se lo montan tan mal como el resto de los mortales a la hora de repartirse el trabajo doméstico. Yo, con la llegada del frío, prefiero leer en casa, al lado de la estufa, y en zapatillas.
"Las palabras aún son las principales herramientas de control. Las sugerencias son palabras. Las persuasiones son palabras. Las órdenes son palabras. No se ha inventado una máquina de control que funcione sin palabras, y cualquier máquina que intente controlar basada totalmente en la fuerza externa o el control físico no tardará en toparse con los límites del control"
William S. Burroughs
Los límites del control