Han volado la arena de las playas,
han pulido las piedras de tus alas,
tu voz se ha poblado de presagios,
y esa tristeza lila que se expande
cual anémica serpiente de la noche,
con tus ojos, jauría oscura,
se niega a las palabras.
Con la apariencia de una alucinación
un grito te bautizó
en el templo del silencio,
porque éste mundo no entiende
de piedades
y alguien ha puesto precio
(tres monedas)
al puño dulce de tus besos
y al altar de tus sábanas quebradas.
©® Susana Inés Nicolini
Sue_*(Fotografía: Vadim Stein) #SafeCreative