Antes miraba a atrás y pensaba que los buenos momentos de mi vida se iban. Hoy miro hacia delante y consigo ver los nuevos y buenos momentos que están por llegar.
A veces pienso que los recuerdos bonitos son como llamadas, porque no importa el lugar y la situación que esto es así. De repente vas hablando y se te viene a la cabeza el recuerdo, o estás pensando y lo recuerdas. Muchas veces ante estas llamadas nos empanamos pensando, realmente echamos de menos el pasado, pero nunca echamos de menos el futuro. Tal vez porque cada vez que nosotros llamamos sembramos nuestro futuro, ya no son llamadas que nuestra cabeza recibe, sino que es nuestra cabeza la encarga de emitir estas llamadas, ya no son los actos bonitos los que nuestra cabeza recuerda, sino que es nuestra cabeza la encargada de hacer hoy actos bonitos que recordar en un futuro.
A veces escuchamos la expresión de este chico ha sido llamado para ser… yo cuando nací no sé qué esperaba ser… pero a día de hoy sé que mi intención es marcar en la vida de muchos, de hacer feliz a bastantes más…
De aprender sobre las llamadas que un día quise olvidar o incluso no cogí y aprender a valorar las llamadas que se me vayan presentando, para ya no cultivar mi vida a día de hoy sino florecer un futuro mejor para mí y los de mi alrededor.