Hoy llueve en Barcelona, después de un largo invierno sin llover, si no recuerdo mal, desde noviembre. La lluvia en una gran ciudad es siempre incómoda, por qué negarlo! Además, soy de las personas que voy en moto y la lluvia es un riesgo añadido, por el peligro de caerte al suelo. No obstante, debo aceptar que la lluvia es necesaria y conveniente, ante la posible sequía que se avecina en verano, si no lo hace en cantidad suficiente como para llenar los embalses. Además, las flores en primavera necesitan agua para brotar…
Ya sabes que me gustan las flores y los campos verdes. Sin embargo, reconozco que la lluvia remueve mi interior, provocándome sentimientos contradictorios, como a muchas personas les pasa. Por un lado, la necesidad de la lluvia para poder disfrutar de los campos floridos de primavera, que sin duda, fotografiaré en cuanto tenga tiempo libre; pero, por otro lado, un cierto sentimiento de nostalgia llena mi corazón, rememorando aquellos días de mi temprana infancia en los que me costaba salir de casa lloviendo para ir al colegio! Supongo ahora que, tras ellos, en mi inconsciente están los malos recuerdos de unos momentos difíciles de mi vida…
Y ahora pienso en la fragilidad y vulnerabilidad del ser humano, ante un simple cambio de tiempo! Siempre he sido una persona fuerte y decidida, un soñador que lucha por lo imposible, que cree que las dificultades en la vida nos ayudan a crecer y que la fortaleza, valentía y la voluntad lo pueden todo! Y, ahora, ante un simple y natural día de lluvia, se despiertan en mi sentimientos que me provocan una cierta nostalgia o tristeza! Quizás es porque, en un día como este de lluvia, ahora mismo preferiría soñar y estar con quien amo, frente a la chimenea, con lluvia y frío tras las ventanas y disfrutando de su compañía, su amor y su complicidad, allí donde nace el arcoiris!
Pero ya sé, no debo hacerme ilusiones sobre cómo debería o no ser mi vida, debo dejarla fluir y confiar en ella! Pero aún así, la verdad es que a ratos me sorprende la simplicidad y vulnerabilidad del ser humano, ante algo meramente exterior y pasajero! Y es que, las más de las veces, el exterior, nuestro mundo circundante, es y está, simplemente, para provocarnos emociones en nuestro interior, para demostrarnos que estamos bien vivos y que seguimos teniendo sueños de cambiarlo, en nuestro interior! ¿Quién no desea cambiar, de una vez por todas, su vida, lo que vive solo en el exterior, cada día? Quizás el problema único sería no tener una mejor vida soñada a la cual aspirar o, lo que es peor, haber perdido el valor de llegar a vivirla, como todos merecemos! Y sí, a veces la edad y la experiencia nos hacen perder ese sueño y el valor de llegarlo a hacer realidad…
Pero debo reconocer que yo, con la edad, no pierdo esa ilusión ni el coraje necesarios para mantenir vivo y viable ese sueño! Es más, cada día me cuesta más no acercarme a él, paso a paso! Cuando uno cree y siente que se acerca a esa nueva realidad nacida de un sueño alcanzable, a ratos se pierde la paciencia y a uno le cuesta esperar a que llegue el momento adecuado! Esa es mi gran lección de este momento de mi vida, saber esperar… si ha de ser así y mi adorado sueño se debe hacerse al fin realidad! Mientras, claro está, mi sueño me mantiene bien despierto, atento y buscando cada día nuevas señales que me hagan ver el momento adecuado para convertirse en realidad! Porque si algo a cambiado en mi vida y con la edad es que ahora ya sueño con los ojos bien abiertos, no como antes que los debía cerrar! Y es que los sueños alcanzables hoy para mí son basados en la realidad, ya no me conformo con los de antes, que necesitaban de la fantasía y la ignorancia para disfrutar!
Como sabes, la vida no me preguntará qué hará conmigo. Nunca lo ha hecho, ni nunca lo hará! Pero sí es verdad también que, si mi sueño es honesto y está iluminado por el amor, de alguna manera u otra, la propia vida me lo traerá y lo hará realidad! No sé cómo ni cuándo, pero mi amor a la vida y al amor me permiten confiar en la propia vida, que me regalará lo mejor… aunque mientras tanto quizás deban haber antes algunos días de lluvia desapacibles y fríos para comprobar mi firmeza interior, mi valentía, la voluntad y el amor verdadero en mi corazón!
Mientras mi nueva vida llega -si ha de llegar-, prefiero invitarte a ver -y a sentir- esa gran y épica escena que habla de amor bajo la lluvia que te hará entender lo que hay hoy en mi corazón…
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