Llego cada día a casa sobre las 14:00h. Mi padre, en la t...

Llego cada día a casa sobre las 14:00h. Mi padre, en la tele de la cocina, tiene puesto Al Rojo Vivo, gran elección para comer tranquilitos y con alegría. Pregunto si hay algo nuevo,  y nada, lo de siempre, que si Bárcenas por aquí, que si otro chorizo por allá, y que si entre unos y otros nuestra España sin barrer. Se les abre la boca a todos, en la tele, con cifras que probablemente no veré juntas, en euros, jamás en mi vida.
De repente el aburrimiento, el hastío. Y lo mismo que yo media España, o un tercio, porque a falta de Mundiales, Copas de Europa y hasta canción del verano, somos los que trabajamos, los que no, y los que se manifiestan. Y a esto último quería llegar yo. ¿Alguien se ha planteado ya cuántas manifestaciones empiezan en España por..., pongamos por hora? Alguien habrá hecho una estadística, ¿no? Voy a buscar por ahí a ver.
(Música de espera telefónica, para que no os aburráis)
(Un rato y media bolsa de pipas después...)
No me lo puedo creer. No encuentro en ningún sitio donde se haga estadística de esto. Es curioso porque ni siquiera las páginas que las anuncian lo saben. Y creo que sería un dato a tener en cuenta. Igual se lo mando a Ana Pastor, que con eso de ponerse ahora a dar datos objetivos, igual nos da alguna pista. De lo que no es cuestión de tener que andar leyéndose los cincuenta mil periódicos que andan ahora por España, día a día, a ver dónde se han ido produciendo esas manifestaciones para hacer la media.
Sin embargo si nos preocupamos por saber cuánta gente ha participado en la manifestación, que según el medio pueden ser más o menos, si tira de izquierdas, de derechas, o de un porque yo lo valgo aunque sólo sepa contar hasta nueve. Los hay que incluso se fían de las agencias y todo.
Está claro que llevamos meses donde hay, como mínimo, una diaria, y eso habría que tenerlo en cuenta. Ayer en Salvados dijeron algo que me llegó: no se trata de cuánta gente vaya a la manifestación, sino de la intensidad de la protesta. Y tiene razón, aunque no le hayan escuchado los que importan. No no, no somos nosotros los ciudadanos, nosotros no importamos. Hablo de los políticos, que viven en su sueño, y si se llega a cumplir el mío, cuando despierten del suyo ya no tendrán cabeza.
¿Algún Amen en la sala? Sí, ya sé que me paso, pero me la pela.