¡Llego tarde!
Publicado el 11 marzo 2013 por Javier Ribas
Por llegar unos minutos tarde no se acaba el mundo. En efecto. Tan sólo fastidias a quien te espera.Reconozco que durante muchísimo tiempo he estado en el grupo de los impuntuales. Vamos, he sido el líder. Conmigo no se podía quedar. Conmigo se suponía que quedábamos. Luego aparecía o no. Hasta que aprendí que llegar a tiempo a los sitios, tiene alguna ventaja. Eso sí, sólo empecé a ser puntual, a partir de aprender a organizarme. Me dí cuenta que la impuntualidad era motivada por mi desorganización. Y por mi incapacidad para decir que no. Se me juntaban estos dos factores. Resolvía las cosas a salto de mata y además, era incapaz de decir que no a cualquier tarea. El resultado os lo podéis imaginar. Un verdadero desastre. La ilusión por cumplir con los compromisos quedaba destrozada por el incumplimiento continuo. Durante mucho tiempo me moví así. El nivel de stres se acumuló. Casi reviento. Cada vez me ocupaba más y hacía menos. Pa morirse. Así que casi por obligación decidí organizarme, priorizar y decir que no. ¡Mano de santo! Lo de decir que no ya lo hemos comentado en otro post de este blog. Lo de priorizar lo hice a partir de ser totalmente radical en la realización de las tareas programadas. Me dejaba cosas importantes por hacer porque el orden establecido me indicaba que tenía que hacer otras cosas antes. Así que aprendí a darle a cada tarea su valor real. En fin, que desde que me aplico para ser puntual, las cosas me han ido bastante mejor. Hago más cosas y las hago mejor. Y además, no dejo a nadie esperándome. ¿Cómo controlas el orden de tus tareas? ¿Qué es lo más importante que tienes que hacer hoy?
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