Revista Talentos

Lloramos un poco??

Publicado el 18 noviembre 2014 por Etiperez
Lloramos un poco??
No entiendo porque nos da vergüenza llorar sin tener un motivo aparente, no es cuestión de en mitad de una conversación ponerse a bramar sin más ni más pero, ¿no llora el cielo cuando se dan una serie de procesos físicos en la atmósfera?? ¡Pues a nosotras nos pasa lo mismo!.
Para que llueva debe haber una acumulación de agua condensada en la atmósfera
En nosotras un cúmulo de situaciones o sensaciones que nos desborda (no tienen porque ser malas, también lloramos de alegría). 
En la atmósfera el vapor de agua condensada en forma de gotas deben unirse hasta alcanzar los 0.25 mm de radio para tener la fuerza suficiente pata luchar contra las corrientes atmosféricas y caer en la tierra
En nosotras el cumulo de sensaciones se van acumulando en forma de nudo y cuando se hace tan grande que dificulta el respirar sale del cuerpo (el nudo) en forma de lagrimas.

No es necesario dramatizar al final es  todo  física!!

Al igual que el llover el llorar siempre es beneficioso, te ayuda a liberar tensiones, te limpia los ojos de impurezas y desestresa, además no hay porque tener un motivo aparente para hacerlo, basta una bronca tonta, un anuncio bonito, una película sensiblera,  una escena contemplada en la calle por azar que te ha llegado al alma, un mal día......, basta una buena palabra dicha en un mal momento, una mirada inquisidora de tu jefe, un mal reflejo en el espejo o un desbarajuste hormonal, cualquier cosa de estas puede ser la excusa perfecta para llorar, se convierte en el sentimiento o sensación que colma el nudo y  si el cuerpo lo que te pide es llorar, pues a llorar sin parar. 

Tú que te conoces mejor que nadie sabes que no es por nada en concreto, es por todo en general y por cada cosa en particular, lloras porque hoy toca llorar y !ya está!

Lo que resulta más complicado de llorar es buscar el sitio idóneo para hacerlo, no puedes lagrimear delante de tus hijos porque se les hunde el mundo, delante de tu pareja ni pensarlo, ellos son incapaces de entender que lloras porque tienes necesidad de hacerlo, con las amigas es inviable, te comienzan a llover miles de consejos y de banalidades que nada tienen que ver con tu repentina tristeza, ni hablar de hacerlo por la calle y mucho menos en el trabajo,  así que te pegas el día buscando el momento oportuno, un rato en el que nadie te moleste y puedas moquear agusto.Ya sé que tocaba !me conozco¡ por lo que tampoco me pilla por sorpresa el levantarme triste y abatida sin motivo alguno, el camino con bolero no hace sino hundirme un poco más en el lodo, voy aguantando como puedo y llego a casa después de una mala mañana, me miro el reloj y dispongo de apenas 20 minutos en los que tengo que decidir si como o lloro, creo que será mejor lo segundo y así quitarme el bolo de la garganta que me dificulta hasta el respirar, me coloco en mi sitio ideal para hacerlo, en una esquina de la cocina, sentada en un taburete de ikea color azul tan pequeño que me sobresale un cuarto de culo a cada lado y las rodillas chocan con la barbilla, es sentarme ahí en soledad y no veas como fluyen las lágrimas, además lo hacen solas no hay que animarlas mucho para que salgan, basta con pensar una fracción de segundo lo desgraciada que me siento o ver la escena de mi misma en esa banqueta desbordándola.  Cojo el paquete de pañuelos y voy sacando conforme se van disolviendo con las lagrimas en mi mano y así van desfilando uno tras otro hasta que después de llorar un rato grande las lagrimas dejan de brotar por motu propio y entonces la negrura ya no es tan negra ni el problema tan grande, los nubarrones de sensaciones y sentimientos van escampando.

Me miro el reloj -joder esta vez he estado demasiado tiempo! Me levanto de la banqueta y  friego el enorme charco que he hecho en el suelo de la cocina, cojo los kilos de pañuelos que me rodean, retoco un poco el maquillaje para disimular los ojos hinchados (mas propios de un sapo que de un humano) y continuo con mi día ahora iluminada por el arco iris que a modo de áurea me rodea.



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