Lluevo

A través de la ventana veo la lluvia caer. Toco el cristal, y noto el frío del exterior. Vuelvo la vista otra vez a la calle mojada, a la lluvia que cae, lluvia indiferente en apariencia.

Lluvia que me transporta  a otras lluvias pasadas.

Vuelvo a casa de mis abuelos, un porche rojo, un huerto, y una caseta con cocina de carbón.
Vuelvo a la imprenta de mi padre, jabón en polvo en el baño, un transistor siempre sonando, y trenes pasando cada poco que veo desde un ventanuco. Allí, mi hermano ponía en marcha la máquina de imprimir sueños en papel de colores.
Vuelvo a aquel parquecillo, en el que jugaba con mis amigos. Piedras, ladrillos, tierra y hierba eran instrumentos de alta jugabilidad y gran diversión, la imaginación mandaba.
La lluvia que miro, la que miré, y a la que volveré siempre a dirigir la mirada, esas futuras gotas que vea caer, me ayudan a conectarme con mis ayeres, riegan el corazón y me mantienen alejado del olvido, que siempre anda por ahí rondando.
Cuando salgo a la calle, la lluvia, que me hace cosquillas en el cuello, me envuelve y empapa mi mente de imágenes y recuerdos de días que no se irán, siempre míos.Lluvia que da de beber a mi alma. Llueve, lluevo.