Estás bien.
Seguro, estable.
Con el corazón latiendo a tempo,
Aún con más precisión que un marcapasos.
Habitás el departamento G en planta baja,
De un edificio cuya calle no tiene salida.
G de gris.
Te tocan timbre justo a la hora del noticiero.
Qué osadía!!!
Afuera un señor extiende su mano
Con una cucharada cargada de dulce de leche.
Vos primero reticente, luego curioso
La probás.
Flasheás, enloquecés, querés más.
Más dulce, estrellas, juventud y chispa.
Pero, era sólo una muestra, una probadita.
Entonces te quedás ahí,
Con el culo aplastado contra la puerta,
-mientras a lo lejos el TV anuncia el fin de los días-
Chupándote el dedo, añorando lo intenso,
Pero sin saber a dónde ir a buscar.
Patricia Lohin
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