Bueno, no siempre. Obvio.
Pero, digamos, a efectos del romance
En todos los espacios espaciales
en todos los tiempos temporales
bajo el temporal que inunda
bajo el sol que cual rayo láser
quema las pieles de este pequeño yo
y las angustias de este gigante
que llora sus lágrimas invisibles
que sueña sus pesadillas imposibles
y adverbios de afán y de lugar
como los pasos prohibidos
para cuando el brandy hace su tarea
para cuando el whiskey hace lo suyo
para cuando son los humos
para cuando son los paralelos y alternos
El caso es que escrito está
y lo que he escrito, obviedad,
visitado por los mismos pocos
que sí, que sí, es nostálgico, pues lógico,
pero que rime y cante es más crucialógico
y llega el muchacho, y llega el amigo
y comenta los años que ya son muchos
de leernos sin jamás habernos escuchado
de conocernos y jamás conocernos
como no se conoce a nadie
conociendo todo o ese todo
que son estas letras que soy el más soy
Mudo y en teclas con la boca cerrada
con este ser que son dos ¡que son dos!
que continúan mis conjeturas
en esta cercanía de saber que escribimos
y que siempre hemos escrito
en esta vida que compartimos
en todas las vidas que nos atan
como nos atan los universos
y que nos crean en destrucción
y al escribirnos, escritos existimos
y al existir, morimos en el vapor
de la vida, en la felicidad feliz
de unas líneas de cielos abiertos